Las emociones son adaptativas y están ahí para ayudarnos, pero son muchas las ocasiones en las que llegamos a ver cómo estas nos controlan a nosotros y terminan siendo un problema. Es por eso que tenemos que aprender a controlar las emociones de forma eficaz para que nos sirvan de algo y nos ayuden en el día a día y en las relaciones personales.
Uno de los pilares de lo que hoy en día se llama inteligencia emocional consiste precisamente en controlar las emociones y en aprender de ellas. No se trata de reprimir o suprimir ciertas emociones, sino de entenderlas y hacerlas nuestras para que nos ayuden a avanzar.
Entiende las emociones
Entender tus propias emociones y las de los demás es el paso previo para poder controlarlas y utilizarlas para en tu beneficio. Puede que nos cueste darnos cuenta de las emociones ajenas e incluso más de las nuestras. A veces no sabemos por qué alguien nos hace enfadar, por qué nos sentimos molestos, tristes o alegres de forma repentina. Es por eso que resulta importante conocerse a uno mismo y llegar al punto en el que sepamos con claridad qué es lo que nos pasa cuando nos sentimos de determinada manera. Puedes buscar algún libro que te hable de las emociones básicas, de su función adaptativa y de cómo nos hacen sentir. Es un buen comienzo para aprender sobre las emociones. También debes practicar contigo mismo y con los demás, tratando de saber cómo te sientes y se sienten los demás en todo momento. No es fácil pero como todo se puede aprender y entrenar. Conocer las emociones nos facilita la tarea de saber cómo comportarnos y cómo canalizarlas y utilizarlas.
Practica la autocrítica positiva
A veces debemos ser críticos con nosotros mismos para saber qué podemos estar haciendo mal o cuáles son las emociones que siempre nos dominan. Conocerse a uno mismo pasa por conocer las fortalezas y debilidades. Con el término positivo nos referimos a que hagas una crítica de todo aquello que puedes estar haciendo mal y que tienes que mejorar pero desde un punto de vista positivo, con el fin de cambiarlo. Ser crítico con uno mismo sin llegar a una conclusión puede no ser beneficioso pues crea malos sentimientos. Pero si lo hacemos con el fin de mejorar siempre resulta positivo.
Todas las emociones son positivas
Puede que a lo largo de los años nos hayan enseñado a evitar emociones que se supone que son negativas como la tristeza o la ira. Pero lo cierto es que las emociones existen porque son adaptativas en la naturaleza y en nuestras relaciones sociales. Si se manejan mal dejan de ser adaptativas para convertirse en un problema pero tenemos que pensar que desde el principio todas las emociones tienen algo de positivo. Por eso es bueno identificar cómo nos sentimos y por qué.
Importa tu estilo de vida
Siempre escuchamos lo de mens sana in corpore sano, y es que no hay una mente sana sin un estilo de vida que nos haga tener un cuerpo sano. Así que es muy recomendable que para poder gestionar y entender mejor tus emociones lleves un estilo de vida sano que te ayude a que estas sean más positivas y a que la energía negativa se canalice mejor. Comer de forma sana es fundamental, pero también recomendamos mucho el ejercicio físico diario. Hacer deporte siempre es beneficioso, pues nos hace sentir mejor, despeja nuestra mente e incluso está comprobado que nos ayuda a resolver problemas de forma más eficaz. Son tantos los beneficios de hacer deporte que no debemos dejarlo a un lado, porque también está muy relacionado con nuestras emociones.