Llevamos una semana siendo testigos de la erupción del volcán Cumbre Vieja. Y mientras los expertos trabajan para despejar la incógnita de cuánto durará esta erupción, que se estima entre los 20 y 84 días, las consecuencias ambientales y económicas ya se dejan notar.
El foco de la información y la desinformación en España la ocupa el volcán Cumbre Vieja. Sin embargo, tanto el Etna en la costa este de Sicilia, como el Volcán de fuego en Guatemala han entrado también en actividad esta semana. Se habla mucho de las consecuencias, ¿pero cuáles pueden ser estas?
En la Palma la colada ha trazado su recorrido arrasando zonas habitadas y provocado por tanto muchos daños económicos, sobre todo para las familias que han perdido sus viviendas. A nivel ecológico, sin embargo, parecemos estar ante una situación muy puntual y también muy local. A la espera de si la colada alcanzará o no la costa, los expertos afirman que de ser así esto tampoco tendría un efecto dramático o peligroso para el ser humano.
¿Qué es lo que determina si influirá o no en el medioambiente y en la climatología? El alcance de la erupción, la altura a la que son despedidas las cenizas y la cantidad de estas, son algunos de los factores determinantes. Hoy aun es pronto para saber exactamente que influencia tendrá cada una de las erupciones activas a nivel medioambiental. Pero si podemos entender de forma general cuáles pueden ser.
Efectos medioambientales
Fenómenos naturales como las erupciones volcánicas tienen consecuencias devastadoras inmediatas en las zonas urbanas, pero ¿cuáles son sus consecuencias medioambientales a corto y largo plazo? Según el alcance de la erupción, encontramos en mayor o menor medida alteraciones en la biodiversidad, los suelos o la calidad del aire.
La recuperación de los suelos
La colada de lava se está deslizando pendiente abajo a través del Parque Natural de Cumbre Vieja, cambiando la naturaleza del terreno. Sepultadas bajo la lava las extensiones de suelo fértil se convertirán en una superficie de rocas afiladas y cortantes típicas de una erupción más o menos reciente a la que se conoce como malpaís.
Lo habitual en los casos en los que la necesidad de que los suelos sean productivos sea urgente, es trasladar suelos de otras zonas del país. Y es que el suelo afectado, por si mismo, podría tardar en recuperarse de 3.000 a 4.000 años. En el caso de la Palma, sin embargo, el futuro de la zona podría se otro: la creación de un área protegida para su estudio.
Gases tóxicos y ceniza
La liberación de forma súbita de CO2 (dióxido de carbono), un gas de efecto invernadero podría elevar la temperatura de las capas atmosféricas, sin embargo, no suele considerarse significativo su efecto a la hora de agravar el calentamiento global. ¿Sabías que el efecto acumulado de todas las erupciones de volcanes desde 1750 es 100 veces menor a los estragos producidos en el mismo período, a causa de la quema de combustibles fósiles? De hecho, parece que el de La Palma, no tiene suficiente magnitud como para afectar el clima ni siquiera a escala local.
Además de CO2, las erupciones volcánicas liberan SO2 (dióxido de azufre). Contenido en las nubes de ceniza que se elevan tras la explosión, este gas puede enfriar la atmósfera. Y además, al combinarse con humedad, provocar cierta acidificación en el agua de la lluvia. Puede ocurrir, pero para que un fenómeno como este afecte al ecosistema tiene que tener una presencia alta de sulfatos y una continuidad en el tiempo.
Tanto los gases liberados como el polvo de ceniza más fino, dependiendo de la fuerza con la que sean expulsados y de la magnitud de la erupción, pueden ser transportados por las corrientes de aire y acabar afectando a ecosistemas y poblaciones, mas o menos lejanas. En el caso del volcán Cumbre Vieja si podría haber una nube de gases que alcanzará la península. Sin embargo, el poder de disolución que tienen estos gases en la atmósfera a medida que se van alejando del foco es tal que no parece que por el momento podría crear un problema ambiental grave.
Bajo el suelo de la isla, la contaminación de acuíferos por la emanación de gases puede ser otra de las consecuencias de la erupción. Sin embargo, el riguroso control de estas aguas subterráneas hacen y la debida información sobre estos hacen que no debamos temer. Lo que si debe preocuparnos es el daño que la ceniza volcánica pueden provocar en las personas, los animales y la vegetación que se encuentren bajo su radio de acción.
Efectos económicos
La explosión del volcán deja en una situación muy delicada al sector agricultor de La Palma. Entre los cultivos más afectados están plátanos, aguacate y viñedos. Según afirman desde Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias, los plátanos generan alrededor del 50% del PIB de la isla. Hay mas de 5.300 productores en la isla y cerca de 10.000 familias que dependen directamente de su cultivo.
El turismo también podría verse perjudicado mientras el volcán siga activo. En las Islas Canarias esta es la temporada alta. Serán muchos los que viajen a la isla para presenciar un fenómeno natural como este. Sin embargo, se perderá otro tipo de turismo: el que busca tranquilidad y huir del frío. Además, por supuesto, se encuentran las pérdidas económicas de cada una de las muchas familias cuya casa y(o negocio ha quedado sepultado bajo la lava.
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ya ha anunciado que el Ejecutivo se va a acoger a los fondos de solidaridad de la UE para iniciar la reconstrucción en La Palma cuando acabe la emergencia por la erupción volcánica.