La crisis climática nos preocupa a muchos, mientras que otros siguen negándola. No se pueden negar, sin embargo, los niveles récord que algunos de los indicadores clave de la crisis climática han registrado en los últimos años según informes del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático).
Los niveles de algunos de los indicadores empleados para medir el avance del cambio climático son ya preocupantes. Las concentraciones de gases de efecto invernadero siguen creciendo, al igual que lo hace el nivel del mar con graves consecuencias. ¿Quieres entender mejor su problemática? Acompáñanos por este pequeño repaso por los indicadores que mas preocupan para estar al día de esta crisis.
Incremento de concentraciones de gases de efecto invernadero
Hemos hablado largo y tendido en Bezzia sobre los gases de efecto invernadero que se generan principalmente cuando se queman combustibles fósiles (carbón, petroleo, gas natural). Son los principales responsables de las emisiones que sobrecalientan el planeta y el pasado año 2021 volvieron a marcar concentraciones récord en la atmósfera.
Dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los los tres gases de efecto invernadero más importantes. Entre ellos el primero, el dióxido de carbono, es el mas importante. ¿Sabías que el 50% de las emisiones mundiales de este gas acaban en la atmósfera y son las que sobrecalientan el planeta? Otro porcentaje importante acaba en los océanos contribuyendo a que los siguientes marcadores batan también récords.
Calentamiento y acidificación de mares y océanos
Los océanos también se están sobrecalentando lo que está provocando olas de calor marinas, cambios de temperaturas inusuales con impactos muy negativos: disminución de la flora de los ecosistemas marinos, migraciones forzadas de animales marinos, la muerte o enfermedad de algunas especies…
Tanto como el sobrecalentamiento preocupa el nivel de acidificación del mar que también llegó a niveles récord el pasado año. La acidificación también amenaza a la biodiversidad, pero además tienen efectos negativos tanto en la seguridad alimentaria como en el turismo.
Subida del nivel del mar
El nivel medio del mar ha aumentado una media de 4,5 milímetros anuales desde 2013, alcanzando un nuevo máximo. Puede parecer insignificante pero duplica con holgura la cifra registrada en el periodo anterior registrado, entre 1993 y 2002, lo que indica que el problema se agrava.
Esta subida del nivel de mar se debe principalmente a la mayor velocidad con la que se derriten los mantos polares del planeta. Es uno de los problemas mas visibles y que nos ayudan a entender mejor la gravedad de la crisis climática. Y es que pone en peligro a millones de habitantes en un futuro no tan lejano, además de aumentar la vulnerabilidad a los ciclones tropicales.
Incremento de fenómenos extremos
Los fenómenos extremos siempre han existido pero en los últimos años son varios los informes que han asociado estos al calentamiento global. Y es que parece claro que el calentamiento global agrava tanto las olas de calor como determinadas inundaciones. El incremento de estos fenomenos puede considerarse, por tanto, otro de los indicadores clave de la crisis climática.
Inundaciones, olas se calor, sequías… han aumentado tanto en frecuencia e intensidad. Así lo ha afirmado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Las olas de calor han sido especialmente preocupantes en la zona occidental de América del Norte y en el Mediterráneo, donde han alimentado grandes incendios con graves consecuencias tanto medio ambientales como personales.
Probablemente te estés preguntando cuál es la solución para que estos indicadores clave de la crisis climática dejen de darnos tan malas noticias. Invertir en energías verdes parece ser una de las recetas para hacer frente a la crisis. Sin embargo, no parecemos hacerlo al ritmo necesario. Se necesita un gran impulso e inversión por parte de los gobiernos para que la transición sea efectiva y otros intereses económicos parecen ganar. Ni siquiera parece que La Guerra de Ucrania, que ha vuelto a poner sobre la mesa la dependencia energética de Europa, vaya a tener en el futuro una gran repercusión en ese aspecto. ¡Ojalá nos equivoquemos!