Los frotis cervicales generalmente se realizan por médicos o enfermeras como parte del examen ginecológico. El cérvix se encuentra en el fondo de la vagina, lo que le hace difícil de explorar, pero puede ser visualizado empleando un instrumento llamado espéculo que se introduce fácilmente en la vagina.
El espéculo generalmente es de metal o de plástico y tiene una forma parecida a una campana. Las dos hojas del espéculo tienen una longitud de unos 2,5 cm y sirve para ver u analizar completamente el interior de la vagina de la mujer y con ello, detectar cualquier anomalía que se encuentre.
El frotis cervical se realiza antes del examen bimanual, de modo que el material diagnóstico no sea involuntariamente retirado. El espéculo debe enjuagarse en agua o en suero salino para facilitar su entrada en la vagina, pero no debe emplearse aceite que puede interferir con el frotis.
Se toma una extensión de células de la unión entre el canal cervical y la parte del cérvix que forma el fondo de la vagina. Es ésta el área que con mayor probabilidad desarrolla el tipo más frecuente de cáncer cervical.
Se extrae un frotis de células con una espátula de madera y a continuación se esparce en un portaobjetos de vidrio que se sumerge en un medio de fijación. Posteriormente este preparado se tiñe y se examina al microscopio en busca de células anormales.
Es importante la relajación durante el examen, ya que cualquier contracción de los músculos vaginales originará molestia y hará más difícil la inserción del espéculo. Algunas mujeres pueden encontrar este procedimiento un poco molesto, pero su importancia como media preventiva compensa grandemente cualquier inconveniente provocado.
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