Seguramente, alguna vez has oído hablar de la manicura americana, pero no tienes claro en qué consiste o la has confundido con una manicura francesa con un toque diferente. Si este es tu caso, aquí te explicamos todo acerca de esta técnica que destaca por su estilo natural y minimalista. Además, aprenderás cómo hacerla paso a paso para conseguir un acabado perfecto.
¿Qué es la manicura americana?
La manicura americana es una variación moderna de la clásica manicura francesa, pero con un enfoque que busca un resultado mucho más natural y elegante. Mientras que la manicura francesa utiliza una base de tono rosado con puntas blancas definidas, la americana destaca por emplear tonos más suaves y menos contrastantes, como el beige, el nude o incluso tonos rosados, tanto en la base como en la punta de la uña.
Otra de las particularidades de la manicura americana es el orden de aplicación de los esmaltes. A diferencia de la manicura francesa, en la que primero se aplica la base y después se pinta la punta, en la americana se comienza con la línea de la punta y luego se aplica el esmalte base, permitiendo que los colores se fundan de manera más armónica.
Principales diferencias entre la manicura americana y la francesa
Si bien ambas técnicas comparten ciertas similitudes, hay diferencias clave que las distinguen:
- Base: En la francesa, se utiliza una base rosada con un acabado blanco muy definido en la punta, mientras que en la americana los tonos son más suaves y naturales.
- Forma de la uña: La manicura francesa suele apostar por un borde redondeado, mientras que la americana prefiere cortes cuadrados o ligeramente ovalados para un acabado más moderno.
- Orden del procedimiento: En la americana, primero se pinta la punta de la uña y luego se aplica el esmalte base, logrando una integración de colores más sutil.
¿Cómo hacer la manicura americana paso a paso?
Lograr una manicura americana impecable en casa es más fácil de lo que parece. Sigue estos pasos para conseguir unas uñas perfectas:
1. Preparación de las uñas
Antes de comenzar, elimina cualquier resto de esmalte utilizando un quitaesmalte suave que no contenga acetona, para evitar dañar la superficie de la uña. Lava tus manos y sécalas bien.
2. Da forma a tus uñas
Lima y corta tus uñas, procurando darles una forma recta o ligeramente ovalada, característica de este estilo. Usa una lima de buena calidad para evitar bordes irregulares.
3. Prepara las cutículas
Aplica un aceite especial para cutículas o una crema hidratante en la zona. Con la ayuda de un palito de naranjo, empuja suavemente las cutículas hacia atrás para un acabado limpio y profesional.
4. Aplica la base protectora
Pinta toda la superficie de la uña con una base endurecedora. Esto no solo protege las uñas, sino que también proporciona una superficie uniforme para aplicar los esmaltes.
5. Pinta la línea de la punta
Usa un esmalte en tonos beige o marfil para trazar una línea recta en las puntas. Asegúrate de hacerlo de una sola pasada con la brocha, desde un extremo al otro, para un acabado limpio. Si tienes dudas sobre tu pulso, puedes usar plantillas para manicura.
6. Aplica el esmalte base
Una vez que la línea de la punta esté seca, aplica una capa de esmalte rosado o nude por toda la uña, incluyendo la zona pintada previamente. Esto suaviza el contraste, logrando un efecto armónico y natural.
7. Sella el diseño
Para finalizar, aplica una capa de esmalte transparente o top coat sobre toda la uña. Esto no solo le dará un acabado brillante, sino que también protegerá el diseño, haciéndolo más duradero.
Consejos para un resultado óptimo
- Evita usar acetona para remover esmaltes previos, ya que puede debilitar las uñas.
- Deja secar adecuadamente cada capa de esmalte antes de proceder al siguiente paso.
- Prueba diferentes tonos según la ocasión: tonos más claros para eventos formales y colores más atrevidos como el rojo o el azul para darle un toque moderno.
La manicura americana es una excelente opción para quienes buscan un look elegante y sofisticado con un acabado natural, ideal para cualquier ocasión. Con un poco de práctica, puedes conseguir resultados de salón desde la comodidad de tu hogar y experimentar con diferentes tonos y estilos para reflejar tu personalidad.