Todos nos hemos encontrado alguna vez ante una persona que se encuentra mal psicológicamente por algún motivo. Incluso cuando nosotros mismos estamos atravesando un mal momento, solemos identificar a quién recurrir en busca de apoyo y evitamos a otras personas que no saben cómo proporcionarlo adecuadamente. Reflexionar sobre qué tipo de persona queremos ser en estas circunstancias nos lleva a aprender a proporcionar apoyo auténtico en los momentos más difíciles de los demás.
Ofrecer apoyo es una habilidad que puede aprenderse, y adoptarla no solo beneficia a quienes ayudamos, sino también a nosotros mismos, fortaleciendo vínculos y aportando un propósito a nuestras relaciones interpersonales. Aquí te contamos cómo perfeccionar esta habilidad mediante consejos y técnicas prácticas.
Infórmate sobre el problema
Para ofrecer un apoyo efectivo, lo primero que debemos hacer es comprender la naturaleza del problema. No es lo mismo lidiar con una pérdida irreparable que con un obstáculo temporal o un mal día. Al comprender si la situación tiene solución o si estamos lidiando con una persona optimista o pesimista, podremos adaptar un enfoque más adecuado.
Práctica de la escucha activa
Una de las claves para apoyar a alguien es escuchar activamente. La escucha activa consiste en prestar atención con empatía y sin interrumpir o juzgar. Demuestra interés real haciendo preguntas abiertas y ofreciendo respuestas que reflejen lo que la persona está diciendo. Esto no solo hará que la persona se sienta valorada, sino que también te ayudará a comprender mejor sus necesidades.
Un error común es centrarse en nuestras propias experiencias en lugar de poner el foco en la otra persona. Hablar de uno mismo en exceso puede dar la impresión de que no estamos realmente interesados en escuchar. Por ello, evitar una actitud egocéntrica y proporcionar espacio para que el otro se exprese resulta esencial.
La importancia de la empatía
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos y emociones. No se trata solo de entender, sino de mostrarle que estás ahí para él o ella. Ser empático requiere abrirse a la perspectiva del otro, evitando emitir juicios y tratando de imaginar cómo se siente desde su punto de vista.
Céntrate en la persona
Al apoyar a alguien, es importante no proyectar nuestras propias perspectivas o juicios. A veces, las personas solo necesitan ser escuchadas, no juzgadas ni corregidas. Piensa en lo que es mejor para esa persona y no en tus valoraciones sobre la situación. Esto fomenta un entorno de apoyo incondicional y comprensión.
Ofrecer soluciones con respeto
Cuando enfrentamos problemas que tienen solución, podemos ofrecer ideas útiles. Sin embargo, es fundamental respetar la autonomía y la capacidad del otro para tomar decisiones. Un planteamiento comúnmente aceptado es ayudar a identificar posibles pasos a seguir sin imponer nuestras opiniones. Soluciones compartidas son mucho más efectivas si son aceptadas desde la iniciativa personal de la otra persona.
Apoya de manera incondicional
Un apoyo genuino debe ser incondicional. Esto implica estar presente y apoyar incluso si no estás de acuerdo con las acciones o decisiones de la persona. A veces, la mera presencia, un abrazo o una palabra amable tienen un impacto más poderoso que cualquier consejo.
En casos de depresión profunda o situaciones que sobrepasan nuestras capacidades, es importante ayudar a la persona a buscar ayuda profesional. Ir al psicólogo no debe ser percibido como algo negativo, sino como un paso valiente hacia la mejora de la salud mental.
Promueve una red de apoyo
Fomentar una red de apoyo alrededor de la persona en dificultades puede marcar la diferencia. Amigos, familiares y grupos de apoyo pueden proporcionar un respaldo emocional fundamental. Ayudar a la persona a mantenerse conectada con otros puede reducir sentimientos de aislamiento y fortalecer su resiliencia emocional.
Reconoce las emociones
Valida las emociones de la otra persona reconociendo su experiencia sin minimizarla ni trivializarla. Decir frases como «Entiendo cómo te sientes» o «Es normal sentirte así en esta situación» puede ser muy reconfortante y mostrar que sus emociones son válidas.
Ofrecer apoyo emocional es una habilidad enriquecedora tanto para quien lo da como para quien lo recibe. Crear un espacio seguro, escuchar sin juzgar, ser empático y demostrar que estás ahí para esa persona son los pilares para acompañarla en su proceso de mejora y resiliencia.