A menudo, ser un mejor padre tiene más que ver contigo y con cómo te tratas, y menos con lo que haces o no haces por tus hijos. Las mamás modernas están desesperadas por «hacerlo» bien … y por «eso» nos referimos a ser padres. Nos quemas despiertos en la noche pensando; «¿Fui una mamá lo suficientemente buena hoy?”
Seguro que lo fuiste pero no importa lo que te digamos, porque es probable que sientas en muchas ocasiones que tienes que hacer “más”. ¿Cómo puedes mejorar tu juego de crianza cuando sientes que ya estás dando lo mejor de ti? A continuación te vamos a dar algunos consejos para que mejores en esto de “ser padres” y mejorar en tu crianza.
Dar a tus hijos más responsabilidad
Es agotador para nosotros y no saludable para nuestros hijos si hacemos todo por ellos. Todos los niños adquieren el hábito de encontrar más fácil pedirle ayuda a la madre con algo que intentarlo ellos mismos. Y, dado que nos gusta pensarnos a nosotros mismos como supermadres, estamos muy felices de complacerlos… pero no les estás haciendo ningún favor.
¿Por qué tus hijos te piden que hagas todo por ellos? A veces, simplemente están siendo perezosos, mientras que otras veces, es posible que tengamos que hacer que las cosas sean más accesibles para ellos, ¡para que se sientan más motivados a hacerlo ellos mismos!
Eliminar el estrés de por las mañanas
En la mayoría de los hogares (con niños en edad escolar), las mañanas de los días laborables son estresantes. Si bien no existe una fórmula mágica o de «solución rápida» para evitar la locura de la mañana, hay cosas que puedes comprometerte a hacer, para ayudar a cambiar las cosas y hacer que las mañanas tengan un comienzo menos estresante:
- Preparar lo que puedas la noche anterior
- Levantarte antes de tus hijos
- Tratar de evitar conversaciones o discusiones innecesarias
Ponte en movimiento
El ejercicio no suele figurar en la lista de tareas pendientes por todo lo que se debe hacer normalmente, pero deberíais hacerlo, por el bien de tu salud, bienestar y… cordura. Pero tienes que ser realista en cuanto al ejercicio. Si eres una madre ocupada lo ideal es hacer ejercicio por la mañana temprano antes de que tu familia se despierte o ir a un gimnasio cuando haya un hueco en las rutinas de tu familia. Si tienes voluntad, lo conseguirás.
Priorizar el sueño
Los padres duermen pocas horas porque intentan aprovechar al máximo las horas que sus hijos duermen. Esto solo hará que acumulen deudas de sueño. Esta ‘deuda’ aparece en nuestros niveles de energía, estado de ánimo y salud en general. Si no estás durmiendo de siete a nueve horas, como recomiendan los expertos, es hora de priorizar el sueño, como si priorizases cualquier otra cosa en tu vida. Apaga la televisión a una hora razonable, di ‘no’ a la última taza de té o café y pon tu teléfono en modo avión. Métete en la cama cuando los niños duerman y lee un buen libro.