Las rastas, también conocidas como dreadlocks o simplemente dreads, son más que un estilo de peinado: representan una elección cultural y estética que ha trascendido continentes y épocas. Desde las antiguas civilizaciones egipcia, griega y asiática, hasta los movimientos modernos, este estilo ha sido sinónimo de identidad, espiritualidad y moda. Sin embargo, mantener unas rastas saludables y con buen aspecto no es tan sencillo como parece, pues requiere conocimientos específicos y un cuidado constante.
Si bien las rastas no exigen tanto mantenimiento como otros peinados más convencionales, necesitan atención regular para evitar que se conviertan en una maraña descuidada. En este artículo te explicaremos cómo cuidar y mantener tus rastas correctamente, asegurando que luzcan impecables y saludables por mucho más tiempo.
Por qué es importante cuidar las rastas
Contrario a ciertos mitos populares, las rastas no son peinados «descuidados». Su mantenimiento es fundamental tanto por razones estéticas como de higiene. Dejar de lado su cuidado puede llevar a problemas como acumulación de residuos, mal olor, quiebre del cabello, caspa o incluso daños irreversibles en el cuero cabelludo. Además, realizar un mantenimiento adecuado asegura que las rastas tengan una apariencia uniforme y profesional.
Cómo lavar las rastas
Uno de los mitos más comunes sobre las rastas es que no pueden lavarse. Esto es falso. Lavar las rastas es esencial para mantener una higiene adecuada y evitar problemas. Sin embargo, el procedimiento debe realizarse cuidadosamente para no afectar su estructura.
- Frecuencia de lavado: Durante las primeras dos semanas tras realizarte las rastas, evita lavarte el cabello para permitir que el pelo se asiente. Pasado este periodo, lávalas cada 4-5 días, ajustando la frecuencia según tu cuero cabelludo.
- Productos adecuados: Opta por champús diseñados específicamente para rastas o fórmulas naturales, como champús antiresiduos o con ingredientes como aceite de coco, que eliminan la suciedad sin dejar residuos. Evita los acondicionadores tradicionales, ya que pueden aflojar las rastas.
- Técnica de lavado: Aplica el champú en las raíces y frota suavemente el cuero cabelludo sin manipular demasiado las rastas. Deja que el agua con champú recorra las rastas limpiándolas.
- Enjuague y secado: Es fundamental enjuagar con abundante agua tibia para evitar que queden restos de producto. Seca las rastas con una toalla, presionándolas suavemente, y luego deja que se sequen al aire o utiliza un secador en modo frío o templado.
Hidratación y nutrición del cabello
Hidratar y nutrir las rastas es crucial para evitar que se resequen y se quiebren. El uso de aceites naturales es ideal para mantener el cabello sano y brillante. Algunos de los aceites más recomendados son:
- Aceite de coco: Proporciona una hidratación profunda y tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a mantener el cuero cabelludo limpio.
- Aceite de jojoba: Hidrata sin dejar residuos ni sensación grasa.
- Aceite de romero: Estimula el crecimiento del cabello y mejora la circulación en el cuero cabelludo.
- Aceite de oliva: Ideal para fortalecer el cabello y evitar la rotura.
Aplica el aceite elegido directamente sobre las rastas y el cuero cabelludo, masajeándolo para promover la absorción y estimular los folículos capilares. Úsalo con moderación para evitar acumulaciones.
Técnicas de mantenimiento diario
El cuidado diario de las rastas incluye técnicas específicas para mantener su forma, evitar que se deshagan o acumulen pelusas:
- Palmrolling: Consiste en frotar las rastas entre las palmas de las manos para compactarlas y mantener su forma.
- Técnica de aguja de tejer: Utiliza una aguja de ganchillo para meter los pelillos sueltos y arreglar las áreas desordenadas.
- Protección nocturna: Durante la noche, cubre las rastas con un pañuelo de satén o seda para evitar fricción y mantenerlas hidratadas con los aceites naturales del cuero cabelludo.
Evitar acumulaciones y malos olores
Las rastas son propensas a retener residuos de productos y polvo del ambiente, especialmente si se usan ceras o geles para moldearlas. Sigue estas recomendaciones para evitarlo:
- Lava las rastas con regularidad siguiendo las recomendaciones previas.
- Evita el uso excesivo de productos como ceras, ya que tienden a acumularse y pueden causar un aspecto sucio o pegajoso.
- Utiliza un secador si vives en un clima húmedo o si no tienes tiempo para dejarlas secar al aire.
- Realiza limpiezas caseras ocasionales con una solución de agua, bicarbonato de sodio y vinagre para eliminar residuos y malos olores.
Cuidados extra según el estilo de vida
El estilo de vida influye en el cuidado necesario para las rastas. Si practicas deportes o pasas mucho tiempo al aire libre, aumenta la frecuencia de limpieza y asegúrate de mantenerlas secas tras la actividad física o exposición al agua.
Si bien las rastas pueden adaptarse a muchos estilos de vida, nunca descuides la salud del cuero cabelludo. Masajearlo con frecuencia mejora la circulación sanguínea y fortalece los folículos capilares, permitiendo que tus rastas crezcan fuertes y saludables.
Con paciencia y dedicación, cuidar de tus rastas puede ser un proceso gratificante que garantiza que luzcan impecables, sean fáciles de mantener y reflejen tu personalidad. Ya sea que las lleves por su significado cultural o simplemente como una expresión de estilo, el cuidado adecuado hará que tus rastas resalten y se mantengan sanas durante mucho tiempo.