¿Te has propuesto seguir una vida más saludable? Pues es el mejor paso que podías dar. De ahí que si comenzar es importante, mantenerlo en el tiempo, también. Hoy te daremos los mejores consejos para mantener la motivación durante un programa de ejercicio. Algo que quizás necesites cuando vayan pasando los días, pero desde luego, seguro que lograrás tu objetivo.
Es el momento de ponerse serios y de optar por un equilibrio en nuestra vida. La alimentación juega un papel crucial pero siempre tiene que venir acompañada de una rutina de ejercicios o de disciplinas que nos ayuden a conseguir sentirnos mejor y a olvidarnos del sedentarismo. Ya que este no trae nada bueno para nuestro cuerpo ni mente.
Establece unas metas realistas
Quizás en tu mente las metas o los objetivos sean otros. Lo entendemos a la perfección pero para no perder la motivación, ni tampoco el norte, siempre es mejor establecer unas metas que sean totalmente realistas. Date tiempo para conseguirlas ya que todo requiere de constancia y como decimos, de tiempo. Comienza haciendo ejercicio de manera paulatina, si es que no estás acostumbrado a ello y poco a poco puedes ir aumentando.
Busca disciplinas que te gusten
De nada sirve ponernos a hacer ejercicios o deportes que no nos gustan y que a la larga tampoco nos llegarán a motivar. Así que, lo mejor es elegir esas disciplinas que sí captan nuestro interés. Para poder mantener la motivación durante un programa de ejercicio debes hacer siempre lo que te gusta. Quizás las clases con música sean una de las mejores alternativas. Claro que para muchas otras personas, colocarse sus cascos e ir directos a la sala de máquinas es lo que les atrae.
Integra el ejercicio en tu rutina diaria
Durante el día tenemos una serie de tareas que entran dentro de nuestra rutina. Algunas las hacemos con más ganas que otras, pero al final cumplimos. Pues el ejercicio también debe formar parte de ese día a día. Si no puedes acudir al gimnasio no hay excusa y en lugar de subir en ascensor usa las escaleras. De igual manera, no lleves el coche a todas partes, intenta salir a caminar y a la vuelta te sentirás motivado por el logro, aunque un poco cansado también. Puedes hacerte con unas pesas para hacer un poco de ejercicio en casa mientras ves la televisión o bien, pedalear en una bici estática. ¡Siempre hay recursos!
Haz ejercicio con algún amigo o con tu pareja
En este caso, mejor acompañado que solo. Porque cuando no tiene la motivación suficiente, puede echar mano de sus allegados. Tanto amigos como la propia pareja pueden ser opciones motivacionales perfectas para seguir adelante. Del mismo modo, si te apuntas a un gimnasio y socializas, seguro que también te encantará encontrarte con tus nuevos amigos cada día.
Date un capricho
No hay que ser demasiado estricto en las metas que nos marcamos. Porque cada pasito que damos, ya estamos más cerca de conseguirlas y como tal, también nos merecemos un premio en forma de capricho. Claro que pueden ser recompensas de muchos tipos como comprarte algo que te gusta o darte ese gustazo con ese postre que tanto deseabas. ¡Una vez al año no hace daño!
Intenta ser flexible
Hay que exigirse, sí, pero hasta un cierto punto. También hay que tener en cuenta que cierta exigencia puede no desembocar en algo a largo plazo. Por lo que podemos ir cumpliendo pasitos hasta llegar a la meta y ser flexibles. Si necesitas un día de descanso, es mejor que lo lleves a cabo. Porque cuando hacemos algo a disgusto, tenemos claro que lo podemos llegar a aburrir antes de lo esperado. Así que, descansa para volver con más fuerza y no te sientas mal por ello.