Hay muchos factores que contribuyen a que nuestras paredes blancas no se vean como el primer día. El roce de los muebles, los cuadros que han sido cambiados de lugar, los restos de pintura o lápices de los niños o la humedad dejan marcas en la pared que hoy nos proponemos eliminar.
Volver a dejar las paredes blancas como el primer día sin tener que llamar al pintor es posible con unos sencillos trucos. Comienza despejando la habitación para trabajar con comodidad y toma nota de todo lo que necesitas: un secador, una espátula, un borrador mágico, un paño suave, agua, jabón, vinagre y bicarbonato. ¿Lo tienes todo? Entonces podemos empezar a trabajar.
Despeja la zona
Uno de los primeros pasos para poder limpiar las paredes cómodamente es despejar la zona en la que se quiere trabajar. Retira los muebles, accesorios y demás objetos que se encuentren muy cerca de la pared y colócalos en el centro de la habitación, como hacen los pintores. Así, podrás moverte mejor y evitarás accidentes.
Retira pegamentos, tacos y clavos
¿Quieres darle otro uso a la habitación? ¿Deseas empezar de cero y cambiar por completo la decoración de la misma? Retirar los tacos sobre los que se apoyaban las viejas estanterías y los restos de adhesivos de doble cara utilizados para colgar los diferentes elementos que decoraban la pared, es el primer paso para dejar esta limpia.
Recurre al truco del secador para eliminar los adhesivos: ablándalos primero con el calor y quítalos después con una espátula. Después, rellena los huecos que queden después de haber retirado los tacos con un poco de masilla. Con estos sencillos pasos habrás dejado las paredes lisas para comenzar a limpiar.
Retira la suciedad superficial
Utiliza un borrador mágico para retirar las manchas de la pared y atacar las zonas donde se acumula una mayor suciedad. Hazlo realizando movimientos circulares o siguiendo las indicaciones que el fabricante indique si divergen. Hacerte con uno no te resultará difícil; podrás conseguirlos en supermercados y grandes superficies a precios realmente económicos.
Otra forma realmente efectiva de eliminar las marcas de los muebles sobre tus paredes es utilizar una goma de borrar de las que usábamos en el colegio. Si, has leído bien. Inténtalo y verás que resulta realmente efectiva con determinadas marcas.
Limpia con agua y jabón
Cuando ya hayas eliminado las manchas y la suciedad superficial con el borrador mágico, completa la limpieza de las paredes utilizando un paño y una solución jabonosa. Pon agua templada en un cubo o palangana y agrégale detergente, vinagre blanco y una cucharadita de bicarbonato sódico para blanquear.
Humedece el paño en la solución y pásalo por toda la pared, haciendo hincapié en esos lugares donde existen manchas o marcas más difíciles de eliminar. Escoge un paño suave para evitar dañar la pared y que no suelte demasiada pelusa.
Seca las paredes
Después de pasar el paño, asegúrate de secar bien la pared para que no exista riesgo de daños. Ventilar la habitación y dejar que las paredes se sequen al aire es la mejor opción. Sin embargo, puedes acelerar un poco el proceso pasando un paño seco por la superficie húmeda. Es especialmente útil cuando el tiempo no acompaña o existe una gran humedad en el ambiente.
Tanto si has alquilado un piso y quieres poner a punto las habitaciones, como si la llegada de un bebé te «obliga» a reconfigurar tu hogar o estás aburrida de la decoración actual, estos sencillos trucos para limpiar las paredes blancas y lisas pueden serte de gran ayuda.
Los materiales utilizados son sencillos y económicos, como has podido comprobar. El tiempo será probablemente tu mayor inversión para dejarlas como nuevas. Escoge un día en el que las prisas no te persigan para que puedas trabajar con comodidad. Solo tendrás que hacerlo una vez y puedes ahorrarte un dinero si evitas tener que pintar la habitación, ¡piénsalo!