¿Sabes cómo debes iluminar el dormitorio de la manera correcta? Es cierto que parece algo de lo más sencillo, pero siempre debemos atender a diferentes necesidades para dar con la clave. Ya que no siempre nos llega con la luz que cae del techo y que se considera como básica. A veces necesitamos a mayores otros puntos de luz que nos harán la vida más sencilla.
Por eso, si quieres acertar, te dejamos con las mejores ideas para que tu dormitorio se convierta en ese lugar tan esperado. Ya que no siempre tenemos la opción de contar con la misma luz natural, dependiendo de la parte del día o bien, de la ubicación de nuestro dormitorio. De modo que una ayudita extra nunca viene nada mal.
Puntos de luz para la lectura
Siempre es aconsejable optar por ciertos puntos de luz para la lectura. Son muchsa las personas que antes de dormir les gusta leer un par de páginas de su libro favorito porque esto ayuda a la relajación de la mente y como tal, a conciliar el sueño mejor. Pero para ello debemos tener una buena luz, evitando dañar nuestra vista. Así que, dicha luz debe estar a la altura de la zona del cabecero o de la mesita de noche. Por lo que en esta podrás colocar una lámpara que añada la luminosidad perfecta. Del mismo modo, también de la zona del cabecero pueden ser algunos puntos de luz a modo de focos o flexos. Siempre debes elegir el estilo que más vaya contigo y con la decoración de la habitación.
Iluminar el dormitorio de manera indirecta y regulable
Es cierto que a veces necesitamos una luz bastante brillante pero otras muchas, volvemos a requerir ese espacio más relajante que nunca. Por eso, para poder elegir en cada momento siempre conviene tener a mano una iluminación que sea regulable. Esta la podrás conseguir gracias a una serie de lámparas táctiles o USB que con un par de toques podrán tener diferentes acabados más o menos brillantes como más te guste. Claro que cuando mencionamos la luz indirecta, tampoco nos podemos olvidar de las tiras LED que tan de moda están. Sin duda, otorgan un ligero brillo pero no demasiada intensidad y de ahí que se convierten en básicas.
Ilumina siempre la zona de esquinas
Elijas la luz que elijas, recuerda que la zona de las esquinas tiene que quedar iluminada. No solo esquinas de la pared en sí, sino de los armarios o muebles más amplios que tengas en tu dormitorio. Porque sino, lo que conseguiremos es que las sombras acechen la habitación y no es lo que deseamos realmente. Las sombras hacen que el dormitorio se vuelva más pequeño y menos cómodo. De ahí que nos tenemos que centrar en las lámparas de sobremesa pero también en las de techo. Que abarquen un poco más de espacio, que tengan amplitud.
Olvídate de las luces muy potentes
Queremos ver bien toda la zona, es cierto, pero sin pasarnos. Es el momento de dejarnos llevar por una serie de luces que no sean demasiado potentes. Una luz cálida y agradable siempre será protagonista antes que una luz demasiado brillante que moleste a la vista. Porque si lo pensamos bien, durante el día aprovecharemos al máximo la luz solar. Y si nos hiciera falta apostar por las bombillas, no tendríamos que recurrir a la mayor potencia sino todo lo contrario. Por lo que a la noche, siempre se aconseja que la luz no sea demasiado vistosa para relajar el cuerpo y que este entre en conciencia de que llega la hora del descanso.
Debemos de tener en cuenta el espacio que tengamos en la habitación y en función de él, elegir la lámpara de techo que será amplia y luego, los apliques de pared que terminen de completar el ambiente. ¡Ahora ya sabes cómo iluminar el dormitorio!