Las mentiras es algo que odiamos con todas nuestras fuerzas. A veces, no sabemos hasta qué punto estamos rodeados de ellas. El mentiroso compulsivo no es sencillo de reconocer, aunque pensemos lo contrario. Aunque hoy, vamos a ver algunos rasgos que nos van a ayudar a desenmascararlos.
El mitómano o mentiroso compulsivo suelen entrar en una especie de círculo vicioso. Un círculo donde las mentiras se convierten en grandes protagonistas. La realidad ya no será la principal de sus vidas, sino que las fantasías van unidas a dichas mentiras. ¡Descubre si estás rodeado de gente así!.
Qué es la mitomanía
Se denomina mitomanía a un trastorno psicológico. Quien lo padece tiene la necesidad de mentir a cada paso. Pero esto tiene un fin, ya que una vez que miente siente una serie de beneficios. La persona se sentirá mucho mejor, admirada y hasta obtendrá cierta atención por parte de la gente de su alrededor. Por lo que si al mentir ve que todo se pone de su parte, el trastorno seguirá su curso. Podemos decir que el fin real de los mentirosos compulsivos es deformar la realidad para intentar llamar la atención.
Quieren cautivar a todo el mundo que les escuche, pero al mismo tiempo siempre tendrán ese miedo a poder ser descubiertos. Aunque mientras tanto, conseguirán lo que para ellos es todo un logro. Ser admirados y escuchados es mucho más de lo que podían pensar. Pero no siempre sucede de este modo, ya que sus personas de confianza saben lo que ocurre y los dejan un tanto de lado.
Origen del trastorno mentiroso compulsivo
Se dice que este trastorno puede originarse tanto en la infancia como en la adolescencia. Es en este preciso momento cuando se quiere captar la atención de los que nos rodean. Además, de ser un desencadenante debido a la poco confianza en sí mismo y diversas inseguridades. Aunque puede surgir de manera espontánea para evitar ciertos castigos, irá poco a poco a más.
Quizás porque como se obtiene beneficios, rápidamente se siguen usando dichas mentiras para mantenerlos. Así que, la adicción a las mismas se va consiguiendo por la repetición. De ahí que cuanto más pase el tiempo, sea peor de controlar. En ocasiones sí que se intenta dejar de mentir pero no siempre se puede. El círculo se ha cerrado y ya es complicado el poder salir.
El perfil de un mentiroso
Tenemos que saber detectarlos a tiempo, aunque no siempre es posible. Lo cierto es que muchos mantienen un mismo perfil. Nunca se va a preocupar por el alcance de las mentiras ni en lo que pueden causar. Aunque intenta no ser descubierto, parece que llega un momento en el que poco le importe, ya que seguirá incrementando sus historias. El mentiroso además de mentir también se cree sus historias, así que ya no podrá parar de decirlas.
Se dice que un mentiroso compulsivo realizará más gestos a la hora de expresarse. Suelen tocarse mucho la cara, así como la cadera y cerra las manos, apretándolas bastante. Su mirada estará centrada hacia arriba y hacia la izquierda. Esto indica que la persona está pensando en la mentira a contar. Si está muy rígido, cambia de tema y le falta concordancia, entonces no hay duda. Parece que los gestos y comportamientos extraños son más delatadores. Aunque lo cierto es que no siempre ocurre así, ya que también hay personas que gesticulan mucho al hablar y no tienen perfil de mentiroso.
Como bien hemos mencionado, los mentirosos compulsivos son personas inseguras. Así que, como tratamiento, lo mejor es comenzar por mejorar su autoestima. Tiene que comenzar a sentirse bien consigo mismo, para que las cosas cambien. Solo de este modo se dará cuenta de que no son necesarias las mentiras para captar la atención de otras personas.