Ahora que ha acabado el curso escolar es probable que ya tengas las notas de tus hijos en las manos. Si las notas han sido buenas es probable que estéis todos llenos de júbilo e incluso, que los niños se hayan llevado algún premio por el trabajo bien hecho. Si las notas han sido malas, es probable que las malas caras sean lo más habitual en los próximos días, así como los castigos y la retirada de privilegios.
Las notas tienen una historia detrás
Es necesario que los padres se den cuenta que los hijos no son las notas que sacan, y que realmente lo que importa es el esfuerzo realizado durante el curso escolar y no tanto el número que marca un papel. Las notas están condicionadas a muchos factores externos, como el estrés, la ansiedad, acontecimientos vividos, etc. Los niños pueden haber estudiado mal por no tener técnicas de estudio correctas pero se han esforzado.
También es probable que los niños no se hayan esforzado porque piensen que no es necesario que lo hagan… Total, quizá en la escuela les hayan llamado ‘tontos’ o que hayan escuchado en casa o en otro lugar; ‘no sé para que te esfuerzas si no vas a conseguir hacerlo bien’. Un niño que parece vago, simplemente es un niño desmotivado y probablemente, con la autoestima bastante baja.
Si realmente un niño no se esfuerza porque no tiene ganas y le da igual qué hacer, es probablemente porque no siente la motivación que necesita. Los niños deben sentir que lo que hacen sirve para algo, sentir que les gusta… Entender cuáles son sus talentos innatos.
Por ejemplo, un alumno de secundaria que se pasa el día dibujando no se le debe oponer en las filas de atrás porque ‘no presta atención en la clase’. Quizá se siente incomprendido sin saber realmente qué le ocurre… Y lo más probable es que nadie se haya fijado lo bien que dibuja y que quizá su futuro estaría en estudiar Bellas Artes. Si esto se lo dice alguien, entonces sí sentiría motivación para seguir estudiando, porque tendrá una meta… En cambio, si le llaman vago por no prestar atención, pensará que es verdad, que no merece la pena esforzarse y probablemente dejará los estudios antes de tiempo y desperdiciará su talento natural.
La motivación por encima de las notas
Si un niño o adolescente tiene motivación y ganas de hacer las cosas bien, será entonces cuando las notas vendrán mejor casi de forma automática. Y aunque no sean excelentes, no pasará absolutamente nada. Cada persona tiene capacidades diferentes y es mejor en unas cosas y peor en otras, y esto es totalmente normal.
Quizá tu hijo no es bueno en matemáticas y aprueba raspado pero en lengua saca muy buenas notas, o a la inversa. Estas son señales de las cosas que se le dan mejor y cuáles peor. Es necesario estar atentos para saber cuál es el talento de los niños y guiarles por ese camino para que no pierdan la motivación. Lo que realmente se debe valorar en las notas, es el esfuerzo que hay detrás de cada número.