¿Quién puede resistirse a unas buenas natillas caseras o a un postre hecho con nata en casa? Por suerte, estas delicias no solo son fáciles de preparar, sino que también admiten múltiples versiones para adaptarse a tus gustos o necesidades alimenticias. En esta guía te contamos cómo hacer nata y natillas caseras desde cero, utilizando ingredientes sencillos pero logrando un resultado espectacular, como los que preparaban nuestras abuelas.
No solo te enseñaremos a preparar la receta tradicional, sino también versiones sin azúcar, sin lactosa y con distintos aromatizantes como vainilla, canela o naranja, para que personalices tus postres como más te gusten. Además, vamos a explicarte todos los trucos para que consigas la textura perfecta y evites que se corte la crema mientras la cocinas.
¿Qué son las natillas caseras y por qué triunfan?
Las natillas son una crema suave hecha a base de yemas de huevo, leche y azúcar, que puede aromatizarse con distintos ingredientes como cáscara de limón, canela o vainilla. Su origen se remonta a la tradición culinaria española, aunque su similitud con preparaciones como la crème anglaise o el sabayón italiano es notable.
Lo que hace que esta receta perdure generación tras generación es su textura cremosa y sabor reconfortante. Es un postre que no pasa de moda y que, con ingredientes básicos, puede brillar tanto solo como acompañado de frutas, galletas o bizcochos. Para una variación deliciosa, puedes probar nuestras natillas de naranja.
Receta clásica de natillas caseras
La versión tradicional de natillas se prepara únicamente con yemas de huevo, leche y azúcar. No lleva harina ni maicena, lo cual también la convierte en una opción sin gluten de forma natural, siempre que no se le añadan galletas estándar.
Ingredientes clásicos (para 4 personas):
- 1 litro de leche entera, preferiblemente fresca o ecológica
- 8 yemas de huevo
- 100 gramos de azúcar (ajustable al gusto del comensal)
- 1 cáscara de limón (sin parte blanca)
- 1 palo de canela
- 4 galletas tipo María (opcional)
Paso a paso:
- Aromatiza la leche: calienta la leche con la cáscara de limón y el palo de canela. Justo antes de que hierva, retira del fuego, tapa y deja que infusione durante 10 minutos.
- Monta las yemas con azúcar: separa las claras y utiliza solo las yemas. Bátelas junto con el azúcar hasta que la mezcla quede blanquecina.
- Templado progresivo: añade un cucharón de leche caliente colada sobre las yemas mientras remueves constantemente para evitar que cuajen. Repite hasta incorporar toda la leche.
- Cocina a fuego suave: devuelve la mezcla al fuego muy bajo, removiendo sin parar hasta que espese. Esto puede tardar entre 10 y 12 minutos. No subas el fuego o se cortarán.
- Reparte en cuencos: deja que enfríen y coloca una galleta encima si deseas.
¿Por qué espesan sin harina?
Las natillas tradicionales espesan gracias a las proteínas del huevo. A una temperatura entre los 79ºC y los 83ºC, las proteínas comienzan a unirse formando una red que atrapa el líquido. Si superamos esa temperatura, se deshace la red y aparece el temido corte. Por eso es clave controlar bien el calor, especialmente si no usamos harina o almidón como estabilizante.
Versión sin lactosa: todo el sabor, sin molestias
Para los intolerantes a la lactosa, se pueden preparar natillas de forma muy similar simplemente cambiando la leche por bebida vegetal o leche sin lactosa. La bebida de soja ligera funciona especialmente bien, aunque también van genial las de avena o arroz.
Consejos para una buena textura sin lactosa:
- Evita bebidas vegetales con azúcares añadidos si quieres controlar la dulzura.
- Agrega una pizca de maicena si deseas más cuerpo, pero no es imprescindible.
- Infusiona la bebida con los mismos aromatizantes: limón, canela o vainilla.
Natillas sin azúcar: dulces sin remordimientos
También es posible prepararlas completamente sin azúcar utilizando edulcorantes. Como las natillas no requieren horneado, podemos usar casi cualquier tipo: estevia, eritritol o incluso mezclas comerciales de edulcorantes sólidos. Si te interesa conocer opciones rápidas, puedes leer sobre nuestras natillas rápidas en microondas.
Aspectos a tener en cuenta:
- El edulcorante elegido debe ser estable al calor (evita los que se degradan).
- No uses grandes cantidades: los edulcorantes son más potentes y podrían alterar el sabor.
- Si usas stevia líquida, añade solo unas gotas ya que no afecta a la textura.
Cómo montar nata en casa: un acompañamiento irresistible
La nata montada casera complementa perfectamente unas natillas, frutas o cualquier postre. Para montarla bien necesitas solo dos ingredientes:
Ingredientes:
- 500 ml de nata para montar con al menos 35% M.G
- 50 g de azúcar glass (opcional)
Pasos para montarla:
- Enfría el bol y las varillas al menos 30 minutos antes.
- Vierte la nata en el bol y comienza a batir a velocidad media-alta.
- Cuando empiece a espesar, añade el azúcar glass y continúa hasta que forme picos firmes.
- Guarda en la nevera si no la vas a usar inmediatamente.
Ideas para personalizar tus natillas
Una de las maravillas de las natillas es que puedes darles giros de sabor muy interesantes:
- Usa vainilla natural en vaina para una fragancia sutil y elegante.
- Añade unas hebras de azafrán durante la infusión para un sabor profundo.
- Infusiona con cáscara de naranja o mandarina para un toque cítrico.
- Agrega cardamomo si te gustan los aromas exóticos.
Trucos para que tus natillas no se corten
Si te ha pasado alguna vez que las natillas se vuelven grumosas o se separan, aquí tienes algunos consejos para que eso no vuelva a suceder:
- No subas el fuego. Cocina siempre a baja temperatura.
- Remueve constantemente. No las dejes solas ni un segundo.
- Si tienes termómetro, no superes los 83°C.
- Si prefieres más seguridad, hazlas al baño maría. El calor se distribuye mejor y es menos arriesgado.
¿Se pueden cuajar en microondas u horno?
Pues sí, aunque no es lo tradicional. Si decides usar microondas, lo ideal es hacerlo en intervalos de 2-3 minutos a unos 750-800W, removiendo a cada rato. Si optas por el horno, usa baño maría a 160ºC durante unos 30 minutos. Eso sí, consume más energía y es más lento.
Galleta, frutos secos o fruta: el toque final
Las clásicas natillas y la nata en casa se suelen servir con una galleta María encima, pero no es obligatorio. Puedes experimentar con otros acompañamientos:
- Frutos secos troceados como almendras o nueces
- Fruta fresca como fresas, frambuesas o plátano en rodajas
- Barquillos crujientes para un contraste de textura
- Galleta caramelizada triturada para un sabor más intenso
Hay muchas formas de preparar unas buenas natillas o nata montada, cada una con sus pequeños trucos o adaptaciones saludables. Desde las versiones más puristas con solo yemas, leche y azúcar, hasta las variantes sin lactosa o sin azúcar, todas comparten algo en común: la sencillez de los ingredientes y el amor por lo casero. La clave está en usar productos frescos, tener paciencia y respetar el proceso. El resultado siempre merece la pena: un postre cremoso, reconfortante y con un sabor que te transporta a la infancia. ¡Hacer nata en casa es más fácil de lo que parece!