Recuerdo como hace años las kokedamas se convirtieron en toda una tendencia decorativa. Fue entonces cuando muchas descubrimos esta antigua técnica japonesa para cultivar plantas y nos interesamos por ella. ¿Tu también quieres saber cómo hacer kokedamas en casa? En Bezzia compartimos hoy paso a paso como hacerlo.
Mas de 500 años de antigüedad tiene esta técnica en la que la planta se cultiva en una bola compuesta usualmente por musgo, turba y akadama, ofreciéndote un mundo de posibilidades para decorar espacios interiores. Fáciles de cuidar, representan una alternativa mas para darle un toque verde a tu hogar.
Cómo hacer kokedamas en casa
Si te gusta esta forma de presentar las plantas debes saber que tu misma puedes hacer kokedamas en casa. Y que no encontrarás dificultades para ello, mas allá de reunir todos los materiales imprescindibles. ¿Estás deseando empezar? Sigue paso a paso nuestros consejos:
Escoge la planta adecuada
Una de las claves para crear kokedamas atractivos y de fácil mantenimiento, es utilizar plantas de crecimiento lento y que requieran un nivel alto de humedad. Una planta de crecimiento lento permitirá que la estética de la kokedama se mantenga durante mas tiempo, retrasando el momento en que la raíz ocupe todo e sustrato y termine saliendo al exterior.
También facilita su cuidado que la planta se adapten bien a condiciones de semisombra y requieran un nivel alto de humedad al igual que el musgo. No es esencial pero si no tienes experiencia con este técnica y/o en el cuidado de plantas es, cuanto menos, recomendable para evitar futuras frustraciones.
Conociendo las características mas importantes que debemos exigir a la planta, hay una larga lista de plantas que puedes escoger para hacer kokedamas en casa. Entre estas destacan: Asplenium nidus (así como otros helechos) , Azalea, Chlorophytum comosum, Crotón, Chamaerops humilis…
¿Te gustan las suculentas? Si habías pensado en una Echeveria o Pilea peperomioides no tienes por que renunciar a ellas. Ahora, cuando las necesidades de humedad del musgo y de la planta no se asemejen, como en estos casos, usar musgo muerto dará solución al problema.
Prepara la planta
¿Ya tienes la plata? Para poder cultivarla utilizando esta técnica necesitarás eliminar cuidadosamente parte de la tierra. Sácala de la maceta y sacúdela suavemente para después con ayuda de la mano desprender parte de la tierra pegada a sus raíces.
Prepara el sustrato
Ahora, prepara el sustrato que nutrirá la planta mezclando en un recipiente akadama y turba en una proporción de 1:3. La akadama es una arcilla granular de origen volcánico, mientras que la turba es un material formado por la descomposición parcial de vegetales en condiciones de poca oxigenación y alta humedad. Ambas son ampliamente utilizadas en jardinería por lo que no tendrás problemas en encontrarlas.
Ten en cuenta que la bola que deberás formar con el sustrato debe ser proporcional al tamaño de la planta y las raíces de la planta. Así que si no estás segura de acertar, mas vale tener que añadir mas que no pasarse.
Dale forma de bola
Una vez la akadama y la turba estén mezcladas agrega agua poco a poco hasta que la mezcla pueda compactarse en una bola. Después, haz un hueco en el centro para introducir las raíces y a continuación asegúrate de compactarla de nuevo para que as raíces queden bien cubiertas.
Envuelve en musgo
A continuación, cubre la bola con el musgo. Puedes utilizar diferentes tipos de musgo, tanto vivos como secos. Coloca el elegido sobre una superficie con con la cara de tierra hacia arriba, coloca la bola de sustrato encima y envuélvela. Después, asegura el musgo con hilo de algodón, dándole vueltas a la bola y haciendo pequeños nudos de vez en cuando.
Proporciónale lo cuidados adecuados
Hacer kodamas en casa en sencillo y no es mucho mas difícil cuidarlas. Retirar las hojas secas asiduamente, proporcionarle el riego adecuado, abonarla cuando sea necesario y controlar periódicamente la aparición de hongos e insectos que puedan afectar la planta son las claves para que luzcan sanas.
En cuanto al riego, este debe realizarse por inmersión, esto es sumergiendo la bola en un cubo con agua y dejando que absorba durante unos minutos la que necesite, para después escurrirla sobre una esponja o una rejilla.
Ten en cuenta que tanto la luz como la humedad o la frecuencia de riego dependerán del tipo de planta que hayas escogido. Lo mismo ocurrirá con el musgo, dependiendo del tipo de musgo y la planta escogida podrías tener que pulverizar la bola entre riegos para conservar el musgo en buen estado.