El jabón de glicerina es ideal para cualquier tipo de piel y cuenta con grandes propiedades, ayudando a las pieles que tienen problemas como la dermatitis. Es por eso que se trata de un jabón realmente apreciado y que se ha vuelto a utilizar cada vez más. Es un básico en nuestra higiene y en nuestros cuidados de belleza que vale la pena tener en casa.
Vamos a ver cómo podemos hacer un estupendo jabón de glicerina para la piel. Este jabón es realmente bueno para todas las pieles, incluso las grasas o las sensibles, de ahí que pueda hacerlo todo el mundo o que sea un producto que puede utilizar toda la familia.
Qué necesitamos
Hacer los jabones de glicerina es algo realmente sencillo. Muchas veces de hecho se usa la glicerina como base para hacer otro tipo de jabones, ya que a esto se le añaden aceites esenciales para aportarle propiedades. En este caso se trata de hacer un sencillo jabón de glicerina, para disfrutar mejor de sus efectos. Lo bueno de estos jabones es que evitamos utilizar la sosa cáustica, la cual no siempre es indicada para las pieles sensibles.
Para hacer el jabón de glicerina tenemos que comprar la glicerina en pastillas o líquida. Se vende en varios formatos. Si la conseguimos en pastilla tendremos que derretirla para añadir los otros ingredientes. También necesitaremos moldes adecuados del tamaño del que queramos los jabones, un recipiente para mezclarlo todo y aceite esencial, que le aporta propiedades y un agradable olor. Por otro lado, si queremos que nuestro jabón sea más atractivo a la vista, podemos añadir colorantes, aunque esto es opcional. Si queremos un jabón más natural podemos evitarlos.
Cómo hacer los jabones de glicerina
El proceso para hacer los jabones de glicerina es muy sencillo. Primero hay que derretir la glicerina al baño maría o en el microondas. La glicerina no debe llegar a hervir y hay que ir removiendo para que no se formen burbujas y los jabones queden homogéneos.
Debes añadir en esta glicerina líquida el colorante, si lo vas a utilizar, mezclando bien. También es la hora de añadir el aceite esencial. En este caso puedes escoger el que más te guste o del que hayas leído buenas propiedades. Por ejemplo, el aceite de rosa de mosqueta, el cual es adecuado para regenerar e hidratar la piel. Cuando tengamos todo bien mezclado solamente hay que añadirlo a los moldes y dejarla reposar a temperatura ambiente. Cuando veas que está totalmente duro ya se pueden desmoldar.
Propiedades del jabón de glicerina
Si hay algo que hace bien el jabón de glicerina es mantener tu piel en buen estado. Tanto si se trata de una piel seca como si es sensible o grasa. Es un tipo de jabón que respeta el ph natural de la piel, por lo que en ningún momento alterará su flora y permitirá que nuestra piel se encuentre en buen estado, con un nivel óptimo de hidratación. Además, se recomienda utilizar en el rostro y también en el cuerpo. Humecta la piel y al ser sensible con nuestro ph no tiene efecto rebote, es decir, no hace que la piel se vuelva ni más seca ni más grasa al arrastrar la suciedad, como sí hacen otros jabones que son más agresivos.
Este jabón se recomienda especialmente en casos en los que hay problemas de dermatitis porque ayuda a recuperar la salud en la piel. Evita las irritaciones y cuida la normalidad en nuestra piel, de forma que beneficia ese manto de protección. El resultado es que utilizando este jabón tendremos menos problemas de piel como la dermatitis, por lo que vale la pena probarlo.