De entre todos los sistemas de depilación que tenemos a nuestro alcance, la cera es uno de los más usados. Es una manera rápida y bastante cómoda de poder eliminar el vello del cuerpo en casa. Además de ello, también es económica, pero todavía puede serlo más si preparamos nuestra propia cera casera.
La cera casera se puede conseguir con muy pocos ingredientes y con un poco de paciencia. Además, siempre podrás hacerla cuando la necesites y si te sobra, podrás guardarla hasta la siguiente ocasión. Gracias a que esta cera está compuesta por ingredientes naturales, sabemos que protegerá siempre nuestra piel.
Ingredientes y preparación de la cera casera
Los ingredientes que necesitamos para elaborar la cera son dos vasos llenos de azúcar, tres cucharadas de zumo de limón y otras tres de agua. Echaremos los tres ingredientes en un cazo o en un olla y los llevaremos al fuego. Hasta que la mezcla hierva, lo mejor es que la tengamos en un fuego alto. Recuerda que tendrás que remover de manera continuada para que se pegue al cazo y evitar que se queme. Al hervir, podremos bajar el fuego y seguir removiendo con bastante energía.
Aquí viene la parte de la paciencia que antes mencionábamos, ya que solamente tenemos que esperar que tome la consistencia que necesitamos. Para comprobarla, podemos sacar un poco de la mezcla, dejar que enfríe un rato o echarla dentro de un vaso con agua e intentar darle forma con los dedos. Si todavía vemos que está muy blanda y suelta, entonces, hay que dejarla más tiempo. Además de esta textura, también nos tenemos que fijar en su color. Un color muy blanco, indica que todavía no está lista, mientras que un color más dorado, no dará la pista de que va por buen camino de cocción.
A estas alturas y con un dolor dorado, tenemos que estar muy pendientes para que no se queme. Es por ello que podemos retirarla del fuego, mientras comprobamos de nuevo su textura. Necesitamos que esté un poco pegajosa pero que podamos moldearla con los dedos. Si ha llegado hasta este punto, entonces es el momento de apagar el fuego y dejarla reposar hasta que enfríe, pero solo un poco para que no nos haga daño en la piel.
¿Cómo uso la cera de azúcar?
Después de apagar el fuego, la cera la tenemos que echar en un recipiente hasta que se entibie. Cuando la vayamos a usar, lo mejor es aplicar primero un poco de crema hidratante en nuestras manos para que la cera no se nos quede pegada. Para la zona que vamos a depilar, lo mejor son los polvos de talco ya que esto nos asegura el poder limpiarla y eliminar cualquier tipo de humedad. Iremos tomando un poco de la cera, haremos con ella una bola y la pegamos en la zona.
La estiramos sobre la piel, siempre en el sentido contrario al nacimiento del vello y tiramos hacia abajo. Al tener esa consistencia como de miel pero más espesa, puede pegarse un poco, así que de nuevo, aplicaremos un poco de crema en las manos y seguiremos el mismo procedimiento hasta retirar todo el vello. Ahora, solo queda limpiar bien la zona depilada y aplicar alguna crema con efecto calmante para evitar ciertas rojeces. Si te ha sobrado cera, puedes guardarla en un recipiente tapado y guardado en un lugar fresco pero no en el frigorífico.
Beneficios de la cera hecha en casa
- Es perfecta para las pieles sensibles ya que no provoca reacción alguna.
- Es más económica ya que los ingredientes que se usan para su elaboración también lo son, así como muy sencillos de encontrar en cualquier hogar.
- Los restos se pueden eliminar de una manera muy sencilla y con agua.
- Te dejará la piel más suave que de costumbre gracias a los ingredientes que lleva.
Si cuando la vuelvas a usar, la cera cuenta con una consistencia mucho menos manejable, entonces tendremos que ablandarla. La mejor manera es hacerlo al conocido baño María. Colocamos una olla al fuego con agua y en ella, un nuevo cuenco que llevará la cera. Retiraremos cuando la veamos perfecta para poder trabajar con ella.