Cuando los niños, a partir de los dos años aproximadamente entran en la etapa del “no”, antes de desesperarte, lo primero que debes saber es que es una etapa importante y que tu hijo debe pasar por ella. Gracias a esta etapa, tu pequeño podrá comenzar a afianzar su personalidad y a entender que es un ser separado de ti.
A medida que los niños pequeños aprenden a hablar, es difícil evitar la etapa de «no». Esta fase puede llegar a ser frustrante pero, si se gestiona de manera adecuada, también puede convertirse en una oportunidad para fortalecer la relación con tu hijo y guiarlo en su desarrollo emocional y social. A continuación, exploraremos consejos y estrategias para los padres durante esta etapa.
Parte normal del desarrollo
Los padres de bebés a menudo anhelan el momento en que los niños comienzan a hablar y pueden articular lo que necesitan o quieren. Sin embargo, una vez que nuestro bebé tierno y agradable se convierte en un niño verbal cuya palabra favorita es «no», podemos mirar con nostalgia a la etapa no verbal.
Aunque la etapa de «no» durante el desarrollo del habla a menudo es frustrante, debemos entender que este comportamiento es un hito. Los niños están adquiriendo una mayor autonomía y descubriendo su capacidad para influir en el mundo que los rodea. Decir «no» es una parte saludable y normal de la autonomía en ciernes de un niño. Es crucial no interpretar esta actitud como una forma de rebeldía sino como parte del proceso natural de autoafirmación.
Entre los 18 y 36 meses
El período de desarrollo del niño entre 18 y 36 meses puede ser un momento extremo. En un minuto los niños pueden ser tiernos y cooperativos; el siguiente minuto asertivos y después completamente opuestos a nuestras indicaciones. En esta etapa, los niños comienzan a sentir su poder. La palabra «no» se convierte en una herramienta para medir su capacidad de influencia.
A veces, los pequeños usan el «no» simplemente para experimentar cómo sus palabras generan distintas reacciones en los adultos. En otras ocasiones, esa negativa representa su verdadera voluntad. Los niños pequeños comienzan a explorar los límites de su independencia y a comprender hasta dónde pueden llegar.
En este contexto, es importante recordar que no están buscando desafiarnos con malicia, sino entender cómo funciona el mundo y cómo se relacionan con él. Esta etapa es vital para que construyan su identidad y desarrollen habilidades sociales y emocionales.
Consejos para padres durante la etapa del «No»
Si quieres que esta etapa sea solo una anécdota más para recordar y no una lucha constante, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Establece rutinas predecibles, consistentes y fáciles de entender. Las rutinas permiten que el niño sepa qué esperar y minimizan las situaciones que generarían una respuesta negativa. Por ejemplo, avisar con antelación de que se va a apagar la televisión facilita la transición.
- Modela un comportamiento positivo. En lugar de usar «no» constantemente con tu hijo, reformula tus frases. Por ejemplo, en vez de decir «No corras», prueba con «Camina despacio, por favor».
- Explica el comportamiento que deseas. Convierte enunciados negativos en positivos. En lugar de «No saltes en el sofá», di algo como: «Saltamos en el suelo, pero en el sofá nos sentamos para leer o abrazarnos.»
- Evita las luchas de poder. Pregúntate si el «no» del niño realmente necesita una confrontación. Por ejemplo, si rechaza ropa que no combina, permite que escoja otra opción. Reserva las confrontaciones para temas de seguridad o salud que no son negociables.
Manejo de rabietas y frustraciones
Durante esta etapa, es común que los niños expresen frustración a través de rabietas. Estas situaciones, aunque desafiantes, son oportunidades para enseñarles habilidades importantes como la regulación emocional. Aquí tienes algunas estrategias:
- Permite que expresen sus emociones. Ayúdales a entender lo que sienten y a ponerle nombre a sus emociones: «Entiendo que estás enojado porque quieres seguir jugando, pero ahora es momento de cenar.»
- Ignorar de manera estratégica. Durante las rabietas, si no hay peligro de que el niño se lastime, es mejor no reaccionar de forma exagerada. Aplica esta estrategia de manera neutral y evita reforzar la conducta con una reacción emocional intensa.
- Valida sus sentimientos. Aunque no cedas a sus demandas, reconocer su frustración les enseña a sentirse escuchados. Este enfoque refuerza la comunicación y fortalece el vínculo emocional.
Fomentar la autonomía del niño
Un enfoque clave durante esta etapa es fomentar que los niños se sientan seguros en su capacidad para tomar decisiones pequeñas y significativas:
- Ofrece opciones limitadas. Esto le da al niño una sensación de control sin que todo sea motivo de discusión. Por ejemplo, «¿Prefieres jugar con bloques o con rompecabezas?».
- Empodera al niño mediante pequeñas responsabilidades. Permite que participe en actividades familiares, como recoger sus juguetes o ayudarte en la cocina con tareas seguras.
Esta etapa, aunque desafiante, es una oportunidad para ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades críticas que lo beneficiarán a lo largo de su vida. Al fomentar su independencia de manera adecuada, estás sentando las bases para un desarrollo emocional saludable.
Aunque la etapa del «no» pueda parecer agotadora, es crucial verla como un proceso natural y vital para el crecimiento de tu hijo. Con paciencia, empatía y estrategias adecuadas, podrás enfrentar este período como una oportunidad para fortalecer tu vínculo con ellos y ayudarlos en el camino hacia una mayor independencia y confianza en sí mismos.