Durante el verano, el cambio de temperatura, las vacaciones y las modificaciones en nuestros hábitos como los viajes, el descanso y las comidas, pueden generar un impacto directo en nuestra salud estomacal. En esta temporada, los problemas digestivos suelen hacerse más frecuentes debido a un desajuste en nuestras rutinas habituales. Sin embargo, prevenir los problemas estomacales es posible si prestamos atención a ciertos detalles y adoptamos medidas preventivas que fortalezcan nuestro sistema digestivo. A continuación, te explicamos cómo evitar problemas estomacales en verano con consejos prácticos y detallados.
Intenta comer a horas fijas
El verano y las vacaciones suelen alterar nuestros horarios, incluyendo los de las comidas. Este cambio puede afectar negativamente los procesos digestivos, causando problemas como estreñimiento, acidez o pesadez digestiva. Aunque estés disfrutando del descanso, mantén un horario regular para desayunar, almorzar y cenar. Este simple hábito ayuda al organismo a regular sus funciones digestivas y previene molestias estomacales.
Además, procura no saltarte comidas ni realizar ingestas abundantes de manera esporádica, ya que estos hábitos también pueden generar desajustes en tu sistema digestivo.
Hidrátate mucho
Durante los meses de calor, la deshidratación puede convertirse en uno de los principales enemigos de la salud digestiva. La pérdida de líquidos a través del sudor incrementa la necesidad de reponerlos de manera constante. Si no consumes la cantidad adecuada de agua, esto no solo afecta a tu organismo en general sino que también puede ocasionar problemas estomacales como estreñimiento, acidez y pesadez digestiva.
Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día, preferiblemente agua pura o infusiones frescas. Evita las bebidas gaseosas, azucaradas o con alto contenido de cafeína, ya que pueden irritar el estómago. Si te encuentras en países donde el agua potable sea limitada, opta por consumir agua embotellada y evita el hielo en las bebidas.
Toma comidas ligeras
El calor, combinado con comidas copiosas y ricas en grasas, puede hacer que la digestión se vuelva más lenta y pesada. Para favorecer que tu sistema digestivo trabaje correctamente, opta por comidas ligeras que incluyan alimentos frescos y de fácil digestión. Ensaladas, frutas, verduras, pescados a la plancha y carnes magras son excelentes opciones.
Además, evita salsas pesadas, frituras y alimentos procesados. Los alimentos a la parrilla o al vapor también son opciones saludables durante la temporada de verano. No olvides incluir en tu dieta alimentos ricos en fibra para favorecer el tránsito intestinal.
Recuerda: Comer despacio y masticar bien los alimentos ayuda a mejorar la digestión, reduce los gases y evita molestias estomacales.
Cuidado con comer fuera
Comer fuera de casa puede ser una tentación durante las vacaciones, pero también puede incrementar el riesgo de intoxicaciones alimentarias o problemas digestivos. Es aconsejable elegir restaurantes que cumplan con medidas de higiene adecuadas y evitar alimentos crudos o poco cocinados como pescados, carnes o mariscos.
Asimismo, evita alimentos que sean susceptibles de estropearse con el calor, como mayonesas, cremas y productos lácteos. Por último, opta por bebidas embotelladas para evitar posibles contaminaciones.
Finaliza tus comidas con una infusión
Las infusiones digestivas son una excelente herramienta para concluir tus comidas y prevenir molestias como gases o digestiones lentas. La manzanilla, el hinojo y la menta son opciones perfectas para calmar el estómago y ayudar en el proceso digestivo. Durante el verano, puedes optar por tomarlas frías para que sean más refrescantes.
Si tienes un estómago sensible o sufres de problemas como la acidez, considera incluir infusiones más específicas en tu dieta diaria. En este enlace encontrarás más información sobre cómo combatir la acidez estomacal con remedios naturales.
Conserva bien los alimentos
El verano, con sus altas temperaturas, puede acelerar el deterioro de los alimentos si no se almacenan correctamente. Es esencial conservar los productos perecederos en el frigorífico y verificar las fechas de caducidad. Asimismo, retira de tu despensa aquellos alimentos que estén en mal estado.
Evitar la contaminación cruzada al manipular carnes crudas y vegetales es fundamental. Utiliza utensilios diferentes y asegúrate de lavar bien tus manos antes y después de tocar alimentos crudos.
Cuida la higiene para prevenir intoxicaciones
Las intoxicaciones alimentarias y la gastroenteritis son problemas comunes durante el verano, pero prevenirlos está en tus manos. Además de cuidar la conservación de los alimentos, es fundamental mantener hábitos de higiene adecuados. Lava frutas y verduras antes de consumirlas, asegúrate de cocinar bien la carne y evita el uso compartido de utensilios, vasos o botellas.
Si viajas a países con condiciones higiénicas precarias, ten cuidado con el agua potable y los alimentos crudos. Consulta las recomendaciones específicas dependiendo del destino para asegurarte de que tu salud digestiva no esté en peligro.
Modera el consumo de alcohol y refrescos
El consumo excesivo de alcohol durante el verano puede irritar la mucosa gástrica, causar acidez y otros problemas digestivos. Modera el consumo de bebidas alcohólicas y elige opciones más saludables como agua con gas o infusiones. Puedes leer más sobre los beneficios del agua con gas en este extracto:
Por otro lado, las bebidas carbonatadas o azucaradas pueden contribuir a la formación de gases y malestar intestinal. Opta por alternativas más naturales y menos procesadas.
Adoptar estas medidas sencillas no solo contribuye a disfrutar de un verano sin problemas estomacales sino que también permite mantener nuestro bienestar general. Tomar decisiones informadas sobre lo que comemos y bebemos, mantenernos activos e hidratados, y prestar atención a la higiene alimentaria es clave para disfrutar plenamente de esta temporada.