No será la primera ni la última vez que nos maquillamos y hasta estamos orgullosas de nuestro trabajo, cuando un pestañeo y ¡zas!, todo nuestro trabajo a la ruina. Si es que son muchas las ocasiones en las que vemos cómo esas manchas de rímel aparecen bajo las pestañas inferiores para estropear lo que habíamos conseguido con tanto esfuerzo.
Pero no hay de qué preocuparse, ya no sirve de nada enfadarse ni pensar en todos los antepasados del maquillaje. Simplemente, hay que recurrir a unos trucos de belleza sencillos y para eso no puedes perderte lo que sigue. Una manera práctica para evitar de una vez por todas que nos vuelva a suceder. ¡Manos a la obra!.
Sabemos que la mirada es uno de nuestros puntos fuertes y que en ella nos pasaremos gran parte de la elaboración del maquillaje para destacar todas sus cualidades. Es por ello que unos pegotes de rímel no podrán con nosotras ni con nuestra belleza. Para comenzar, debemos de aplicar un poco de base en nuestras pestañas antes de la máscara. Esto lo haremos con nuestros dedos, extendiendo bien el producto.
A hora de fijar nuestro maquillaje por la zona de las ojeras con un poco de polvos translúcidos, aplícalos con cuidado por la zona de las pestañas inferiores y aprovechando, también en las mismas pestañas. Ahora es el momento para aplicar nuestro rímel y verás cómo se queda más quieto que nunca. Eso sí, otra de las mejores ideas es comprar siempre uno que sea resistente al agua y duradero, ya que de esta manera nos aseguramos que no forme dichos pegotes.
No apliques muchas capas, sino que lo mejor es optar por un rímel que nos ofrezca más volumen. Cuando no lo hemos podido evitar y ya vemos cómo la mancha se ha formado, simplemente tenemos que empapar un bastoncillo de algodón en desmaquillante y aplicarlo sobre la zona afectada. Puedes retocarte con un poco de polvos sueltos y estarás lista de nueva para que nadie, ni las manchas de rímel te arruinen tu día.