Los pelos encarnados son aquellos que se quedan atrapados en el interior de la piel, sin poder salir siguiendo su crecimiento. Esto hace que en ese lugar la piel se enrojezca y como no, provoque cierto dolor al mismo tiempo que inflamación. Es por ello que además de intentar eliminar los que ya tenemos, también debemos de prevenir su aparición.
Aunque parezca algo sencillo de decir, también lo será llevado a la práctica y es que con un poco de insistencia, conseguiremos prevenir y eliminar de una vez por todas a los indeseables pelos encarnados. Se dice que tanto la depilación con cera como con cuchilla son los peores métodos para este tipo de problema.
Prevenir los pelos encarnados
Como hemos mencionado, la cera arranca el vello pero lo debilita. Esto hará que en ocasiones no pueda salir a la superficie causando un pelo enterrado. Por otro lado, si te rasuras el vello sigue estando de raíz en la piel y su crecimiento puede provocar que no salga correctamente. Aunque sea el método de depilación que elijas, tienes que tener en cuenta que lo primero de todo es preparar la piel para ello.
Una vez por semana, realiza una exfoliación que podrás hacer cómodamente en casa con una cucharada de sal o azúcar que mezclarás con dos de tu leche hidratante habitual. Además, cada día debes de proporcionarle a la piel la hidratación necesaria. No uses ropa demasiado ajustada y siempre mejor que sea de algodón.
Remedios para el vello encarnado
- Té para los pelos enquistados: El té negro es uno de los mejores aliados para este problema. Simplemente tienes que hervir un poco de agua, meter en ella una bolsita del producto y esperar a que se tibie. Ahora es el momento de pasar por la zona afectada la bolsita, durante un par de minutos.
- Aloe vera: Sin duda es uno de los grandes protagonistas siempre que hablamos de los remedios de belleza. En este caso necesitamos un poco del gel que se extrae de las hojas y lo aplicaremos sobre el vello. Dejaremos unos 20 minutos y lo retiramos con agua tibia. Podemos repetir este procedimiento un par de veces al día.
- Miel para prevenir infecciones: Es perfecta para disminuir el enrojecimiento y por ello, tenemos que aplicar tan solo una poca miel sobre el vello infectado. Lo dejaremos también secar durante unos 8 minutos y pasaremos a retirar con agua tibia. Tres veces al día serán suficientes para tratar nuestro problema.
- Sal para reducir la inflamación: La sal nos va a ayudar a reducir esa inflamación que el vello provoca en la piel. Para ello, debemos de echar una cucharada de sal en medio vaso de agua. Removemos bien e impregnaremos un algodón en esta mezcla. Ahora pasaremos a aplicarlo sobre la zona afectada. Con tan solo dos veces al día, en muy poco tiempo conseguiremos que el poro se abra y retiraremos al fin el vello que molestaba.
- Aspirina: en esta ocasión debemos de deshacer dos aspirinas en un poco de agua hasta que consigamos una especie de pasta. Podemos echarle media cucharada de miel y una vez bien mezclado todo, pasaremos a tapar nuestra zona conflictiva con ella. Unos ocho minuto serán suficientes para luego retirar con agua.
Cuando ya tengamos la piel libre de la inflamación por culpa de ese rebelde vello, entonces es el momento perfecto para retirarlo. No debemos de intentar sacarlo a presión, haciendo que la piel se corte o que nos sangre. Simplemente, procederemos cuando veamos que comienza a asomarse de alguna manera. Para que no nos quede marca, debemos de desinfectar la zona con un poco de alcohol y sacarlo con la ayuda de unas pinzas. También puedes ayudarte de una aguja que esté esterilizada antes de arrancarlo con las pinzas.
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