
Cuidar el cabello en invierno es fundamental para mantener una melena saludable y radiante a pesar de las bajas temperaturas. El frío, el viento y otros factores climáticos propios de esta estación pueden dañar seriamente el cabello, volviéndolo seco, quebradizo y propenso a problemas como el frizz o las puntas abiertas. Además, los complementos como gorros y bufandas, aunque necesarios, pueden contribuir al debilitamiento del cabello. Por eso, aquí te contamos en detalle cómo cuidar tu cabello durante esta época.
Cuidar el cabello en invierno, los lavados
Un aspecto clave del cuidado capilar en invierno es la frecuencia de los lavados. Aunque es tentador lavar el cabello a diario en busca de mayor limpieza, no es recomendable. Reducir los lavados a dos o tres veces por semana ayuda a mantener los aceites naturales del cuero cabelludo que protegen e hidratan el cabello. Si sientes que tu cabello necesita frescura entre lavados, puedes optar por el uso de champú en seco, una solución ideal para extender el tiempo entre lavados sin comprometer su apariencia.
Además, es importante utilizar agua tibia en lugar de agua caliente durante el lavado. El agua caliente puede eliminar los aceites naturales del cabello, dejándolo seco y quebradizo. Si puedes, finaliza con un enjuague de agua fría para sellar la cutícula del cabello y darle un extra de brillo.
El mejor champú y acondicionador
A la hora de elegir el champú y acondicionador, opta por productos hidratantes. Aunque tu cabello no sea seco de forma natural, un champú diseñado para cabello seco puede aportar una hidratación extra, esencial durante los meses más fríos. Busca formulaciones libres de sulfatos, ya que estos pueden resecar aún más tu cabello.
Complementa el lavado con un acondicionador adecuado para tu tipo de cabello. Aplícalo principalmente en las puntas, ya que es donde más se necesita hidratación, y evita el cuero cabelludo para no sobrecargarlo.
Aceite para el encrespamiento
El frizz es uno de los mayores desafíos del invierno debido a la combinación de viento y baja humedad. Para combatirlo, los aceites capilares son tu mejor aliado. El aceite de argán, coco o incluso de oliva son excelentes opciones para nutrir el cabello. Basta con aplicar unas gotas en las puntas o en las zonas más propensas al encrespamiento. Además de evitar el frizz, estos aceites ayudan a reparar puntas abiertas y a darle un brillo natural al cabello.
Cabello suelto y recogidos suaves
Si bien los recogidos apretados pueden ser prácticos, no son la mejor opción durante el invierno. Deja tu cabello suelto o elige peinados recogidos pero suaves, como trenzas flojas. Esto ayuda a evitar la tensión en el cuero cabelludo y el quiebre del cabello. Además, si usas gorros o bufandas, asegúrate de que estos no sean demasiado ajustados para minimizar el daño por fricción. Los materiales suaves como el algodón o la seda son preferibles, ya que generan menos electricidad estática y fricción.
Cuida los cabellos grasos o con caspa
El frío puede exacerbar problemas como el cabello graso o la caspa. Utiliza champús específicos para cada problema y presta atención a la limpieza del cuero cabelludo. Añadir un masaje capilar mientras aplicas el champú no solo ayuda a eliminar residuos, sino que también mejora la circulación sanguínea, estimulando un crecimiento capilar más sano.
Para combatir la caspa, es fundamental elegir un champú anticaspa adecuado y evitar los productos con ingredientes que puedan irritar la piel del cuero cabelludo.
Protector térmico y cuidado con el secador
El uso de herramientas térmicas como secadores y planchas es común en invierno, pero puede dañar el cabello si no se toman precauciones. Aplica un protector térmico antes de usar estas herramientas para reducir el impacto del calor. Además, ajusta la temperatura del secador a un nivel moderado y mantén una distancia mínima de 15-20 centímetros entre el aparato y tu cabello.
Siempre que sea posible, seca tu cabello al aire libre o utiliza una toalla de microfibra para eliminar el exceso de humedad antes de recurrir al secador.
Mascarillas nutritivas y productos complementarios
Una o dos veces por semana, aplica una mascarilla capilar para proporcionar una hidratación y nutrición profunda. Las mascarillas con ingredientes como aguacate, karité o aloe vera son ideales para reparar el daño causado por el frío. Si prefieres alternativas caseras, una mezcla de aceite de oliva y miel puede funcionar perfectamente.
Además, complementa tu rutina con serums o sprays acondicionadores sin aclarado que protejan el cabello durante todo el día.
El invierno no tiene por qué ser una temporada difícil para tu cabello. Con los cuidados adecuados, puedes mantenerlo hidratado, nutrido y libre de daños, incluso durante los días más fríos. Dedica unos minutos extra a tu rutina capilar y notarás la diferencia en la salud y apariencia de tu melena.



