Uno de los momentos más importante en toda pareja es cuando se da el paso de convivir juntos bajo el mismo techo. No es lo mismo vivir cada uno en una casa diferente que el convivir en la misma casa.
Para conseguir que la convivencia sea lo más plácida y feliz posible, es importante el establecer una serie de normas basadas en el respeto y la confianza frente al otro.
Cómo convivir con la pareja
- La comunicación es clave a la hora de poder convivir sin problema alguno con la pareja. Habrá momentos realmente delicados que se deben resolver hablando de manera calmada y sin alterarse. Si se hablan bien las cosas, no tiene por qué haber conflictos y discusiones. En muchas ocasiones la falta de comunicación entre ambas personas suele ser el causante de la mayoría de peleas y conflictos.
- A partir de ahora, cada parte en la relación debe saber que no viven solos y que deben trabajar en equipo. De nada vale criticar y echar la culpa al otro, ya que de esta manera solo van a empeorar las cosas. Es importante el encontrar soluciones mutuamente a los problemas que puedan darse a diario. Vivir en la misma casa no es una tarea fácil para cualquier pareja y depende de ambos de poder evitar conflictos y discusiones.
- El respeto debe existir siempre en cualquier relación, algo que se acentúa cuando se convive junto a la propia pareja. De nada sirve el intentar solucionar los problemas a base de gritos y de malos modos. Hay que saber calmarse ante los problemas que puedan surgir e intentar hablar con la pareja para llegar a la mejor solución posible.
- Uno de los grandes problemas que surgen al convivir con la pareja en la misma casa se debe a lo relacionado con las tareas del hogar. Una casa no se limpia sola y es importante por ello el dividir las tareas a realizar de una manera equitativa. No vale que una de las partes de la pareja haga más en la casa que la otra parte. Recuerda que una relación es cosa de dos y la responsabilidad de la casa debe ser de una manera equitativa.
- Cada persona es diferente y tiene sus defectos y sus virtudes como cualquier otra. Hay que aceptar a la persona tal y como es e intentar corregir aquellos comportamientos que pueden llegar a poner en peligro a la propia pareja. Es bueno ser paciente y ayudarse mutuamente a corregir aquellos aspectos o conductas que pueden provocar que la pareja se desestabilice.
- El orgullo y no aceptar que uno se ha equivocado, es uno de los causantes de que una relación pueda llegar a su fin. Hay que saber admitir que uno se ha podido equivocar e intentar encontrar una solución al problema. El pedir disculpas no es nada fácil ni sencillo pero es clave para conseguir que la relación se mantenga estable y sana.
En definitiva, convivir con la persona amada bajo el mismo techo puede ser algo complicado. Sin embargo, el tener una buena comunicación y saber solucionar las cosas de manera mutua, puede hacer que la relación se vuelva estable y duradera.