Cuando nos caemos de costado y nos damos un golpe en la zona de las costillas, puede que esa parte se quede con mucho dolor y pensemos que nos hemos roto una costilla. Puede que se haya producido una fisura y por eso, toda la zona se siente dolorida.
Una contusión de costilla no se diferencia mucho de aquella que podemos observar en la piel después de recibir un golpe. Sin embargo, la pared torácica puede generar un compromiso respiratorio.
Nuestras costillas no dejan de ser unos huesos dispuestos de forma horizontal, que su mayor función es la de proteger los órganos ubicados en la caja torácica y en la parte del abdomen. Con una caída, pueden sufrir daños y lesiones, entre las que se encuentra la más común, que es la contusión de costilla.
Los huesos se componen de dos zonas bien delimitadas, una conocida como cortical y una trabecular. La región trabecular es mucho menos rígida más vascularizada, por lo que siempre es más propenso a lesionarse.
Las contusiones son lesiones producidas por la ruptura de los vasos sanguíneos de una zona determinada. Una contusión de costilla se trata de una ruptura de algunos vasos sanguíneos de la zona trabecular del hueso que forman un hematoma.
Síntomas de una contusión de costilla
La sintomatología presentada por los pacientes con este tipo de lesión no varía mucho de las personas que presentan una costilla rota. El síntoma más característico en la zona afectada, es el dolor que aparece justo después de una forma inmediata al golpe.
El dolor por la contusión de costilla puede durar entre 3 y 6 semanas, dependiendo de la caída, y puede verse afectada cuando respiramos profundamente. Otros síntomas frecuentes son los siguientes:
- Inflamación en la zona de la sesión.
- Un hematoma en la piel.
- Cambio de color de piel en la zona afectada.
- Dificultad para respirar.
- Aumento del dolor al toser, estornudar, moverse o respirar profundamente.
- Espasmos musculares en el lado afectado.
Causas de una contusión de costilla
Realmente, cualquier situación puede lesionar la pared torácica, un golpe o una caída accidental puede producir esa contusión costal. Los traumatismos son la causa más frecuente de heridas y lesiones en nuestro organismo, de hecho, las lesiones de pared torácicas asociadas a traumatismos son una causa importante de morbilidad y mortalidad.
Si nos preocupa que se rompan los vasos sanguíneos, para que esto ocurra, es necesario que haya una transferencia directa del golpe o energía a la superficie ósea. Si ocurre esto, los accidentes de tránsitos, las caídas o los deportes de contacto son los que más lo producen.
Por otro lado, también existen otras afecciones capaces de causar este tipo de contusión en la costilla, tal es el caso de los pacientes con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o el hecho de levantar objetos pesados. Estas situaciones generan un aumento de la presión intratorácida y pueden causar la lesión.
Factores de riesgo
Encontramos ciertas patologías que hacen que tengamos una mayor predisposición a padecer esta contusión de costilla. Entre ellas destacan algunas enfermedades osteoarticulares, como la osteoporosis que debilita el tejido óseo y hace que seamos más propensos a que se rompan las costillas y ciertos huesos.
Las mujeres embarazadas también pueden sufrir ciertas caídas, tienen un mayor riesgo de padecer alguna contusión en las costillas por el hecho de tener un tamaño del útero. Estudios demuestran que hasta el más mínimo golpe puede causar una lesión.
¿Cómo se hace el mejor diagnóstico?
Para saber si tenemos de una forma clara una costilla fisurada o contusionada, tenemos que someternos a un examen físico y un interrogatorio por parte de un especialista. El médico preguntará acerca de cómo ocurrió la lesión y los síntomas que aparecieron tras el golpe. El médico tendrá que valorar la situación y dispondrá de las mejores recomendaciones para el paciente.
También es muy importante escuchar la respiración del paciente para verificar que los pulmones no se vean afectados. El especialista inspeccionará la zona en la que ocurrió la lesión en busca de un hematoma o deformidad.
Una contusión y una fisura o fractura es bastante parecido, por lo que se recomienda realizar una radiografía del tórax. Un examen que permitirá establecer la diferencia entre ambas lesiones.
Puede ser necesaria la realización de otras pruebas, como una resonancia, una tomografía, descartarla presencia de cualquier lesión en otros órganos y tejidos.
Cómo se trata una contusión de costilla
Una contusión tiene un tratamiento muy similar a las fracturas costales, muy pocas veces requerirá cirugía, a no ser que sea un caso muy grave. La lesión no debe ser vendada porque interrumpiría los movimientos respiratorios, y así se incrementan las posibilidades de padecer una neumonía.
Por lo que lo mejor para estos casos es recomendar el reposo absoluto, es una de las principales medidas para promover la correcta regeneración ósea. En caso de que sea imposible, se deben disminuir las actividades diarias y evitar todo tipo de movimientos bruscos. Con eso, suele ser más que suficiente.
El médico puede indicar algunos medicamentos analgésicos y antiinflamatorios como el ibuprofeno. En caso de que la situación sea más grave, es posible que se inyecte un analgésico directo en la zona lesionada.
Por último, la fisioterapia respiratoria puede ser de utilidad para todos los pacientes que presentaron un compromiso respiratorio. Los ejercicios indicados ayudarán a las personas a recuperar la capacidad de expansión de la caja torácica.
Recomendaciones para una mejor recuperación
Una contusión de costilla no es una lesión severa, no es grave y cualquier persona se puede recuperar a lo largo de 6 semanas si sigue una serie de pautas. El hueso se debe sanar en al menos 6 semanas, aunque siempre dependerá de la persona y su condición física y de salud, que podría extenderse a 8 semanas.
Las recomendaciones que pueden seguir los pacientes no van más allá de guardar reposo y tomar los respectivos analgésicos. Sin embargo, también puedes disminuir la inflamación y el dolor de la zona:
- Puedes aplicar hielo durante 10 o 20 minutos en la zona afectada.
- Evita fumar.
- Duerme en posición semisentada, para no forzar la zona. Intenta no dormir con el lado afectado apoyado en el colchón.
- No realices actividades que generen dolor.