Todos y todas hemos escuchado hablar de la cistitis. Uno de los problemas comunes que pueden aparecer cuando menos lo esperamos. A grandes rasgos, se puede decir que sucede cuando la vejiga se inflama. También la solemos conocer como infección urinaria y, desde luego, da unos claros síntomas que pueden trastornar nuestro día a día.
A pesar de ser una dolencia común, es importante entender que, aunque los síntomas son molestos, la cistitis rara vez es grave si se trata a tiempo. Sin embargo, en casos donde la infección no se diagnostica o no se trata adecuadamente, puede propagarse a los riñones y causar complicaciones más serias. Aquí explicamos en profundidad lo que necesitas saber sobre esta condición, incluyendo sus tipos, causas, síntomas y cómo prevenirla o tratarla.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la cistitis?
Los síntomas de la cistitis son variados y suelen manifestarse de manera clara, lo que facilita su identificación. Entre los síntomas más comunes, destacan:
- Necesidad urgente y frecuente de orinar: La persona siente constantes ganas de acudir al baño, aunque la cantidad de orina sea escasa.
- Dolor y escozor al orinar: Esta sensación de quemazón o ardor es otro síntoma clave de la cistitis.
- Orina turbia o con sangre: Podrá observarse un cambio en el color habitual, acompañado de un fuerte olor de la orina.
- Dolor en la parte baja del abdomen: En algunas ocasiones, este dolor puede sentirse como una presión constante o molestia en la zona pélvica.
- Fiebre leve: Aunque no siempre ocurre, algunos casos de cistitis pueden ir acompañados de febrícula.
Estos síntomas suelen resolverse en pocos días con tratamiento adecuado, pero si no se busca ayuda médica, la infección podría agravarse. Es fundamental prestar atención a signos como fiebre alta, náuseas o dolor en la zona lumbar, ya que pueden ser indicativos de una posible pielonefritis, una complicación más grave.
Causas más comunes de la aparición de la infección urinaria
Se dice que la cistitis es más frecuente en las mujeres, lo cual se atribuye principalmente a su anatomía. La uretra femenina es más corta y está más cercana al ano, facilitando el paso de bacterias como Escherichia coli, que son responsables de la mayoría de las infecciones urinarias.
Entre las causas más comunes de cistitis, encontramos:
- Bacterias: Como se mencionó, las bacterias como E. coli son las principales responsables, especialmente después de relaciones sexuales o debido a una higiene inadecuada.
- Cambios hormonales: Durante el embarazo o la menopausia, los cambios en los niveles hormonales pueden alterar el pH de la zona íntima, facilitando las infecciones.
- Sustancias químicas: Productos como espermicidas, jabones fuertes o geles íntimos pueden irritar la zona vaginal y aumentar el riesgo.
- Uso de catéteres: Las personas que requieren catéteres en la vejiga tienen un mayor riesgo de desarrollar cistitis.
- Enfermedades subyacentes: Condiciones como la diabetes o problemas renales también incrementan el riesgo de infecciones urinarias.
Si bien estas causas son comunes, es importante recordar que factores externos como el estrés o el uso prolongado de ropa ajustada también pueden desempeñar un papel.
Tipos de cistitis
La cistitis no es una condición uniforme y puede clasificarse en varios tipos dependiendo de su causa:
- Cistitis bacteriana: Es el tipo más común, provocado por bacterias que ingresan al sistema urinario. Este tipo suele tratarse con antibióticos.
- Cistitis no infecciosa: Incluye varias subcategorías como:
- Cistitis intersticial: También conocida como síndrome de vejiga dolorosa, es una inflamación crónica sin causa bacteriana identificable.
- Cistitis por radiación: Puede ocurrir después de tratamientos de radioterapia en el área pélvica.
- Cistitis química: Causada por una sensibilidad a productos como jabones o geles íntimos.
- Cistitis relacionada con enfermedades: Problemas como cálculos renales o hipertrofia prostática pueden llevar a la inflamación de la vejiga.
La identificación del tipo de cistitis es clave para determinar el tratamiento adecuado.
Complicaciones asociadas a la cistitis
En la mayoría de los casos, la cistitis no provoca complicaciones graves si se trata a tiempo. Sin embargo, si se ignoran los síntomas o no se recibe el tratamiento adecuado, puede derivar en:
- Infección renal: Una infección no tratada puede propagarse a los riñones y causar un daño significativo.
- Sangre persistente en la orina: También conocida como hematuria, puede ser indicativo de problemas más serios si no desaparece tras el tratamiento.
Por estas razones, es fundamental acudir al especialista ante síntomas recurrentes o complicaciones.
Prevención y tratamiento
La prevención juega un papel importante en la lucha contra la cistitis. Aquí te dejamos algunas recomendaciones:
- Bebe suficiente agua: Mantenerse hidratado ayuda a eliminar bacterias de las vías urinarias.
- Orina con regularidad: No retengas la orina durante largos periodos.
- Buena higiene íntima: Límpiate de adelante hacia atrás para evitar la propagación de bacterias desde el ano a la uretra.
- Evita productos irritantes: Como jabones perfumados, baños de burbujas y desodorantes íntimos.
- Orina después de tener relaciones sexuales: Esto ayuda a eliminar cualquier bacteria que pudiera haber ingresado a la uretra.
En cuanto al tratamiento, las infecciones bacterianas suelen requerir antibióticos. Para los tipos no infecciosos, los tratamientos varían e incluyen desde medicamentos hasta cambios en el estilo de vida. Además, los arándanos rojos han demostrado ser efectivos en la prevención de estas infecciones gracias a sus propiedades antiadherentes que evitan la proliferación de bacterias en las paredes de la vejiga.
La cistitis es una condición que puede ser molesta, pero con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, suele resolverse rápidamente. Prestar atención a los síntomas y adoptar medidas preventivas son claves para evitar complicaciones futuras.