En un mes estaremos celebrando Carnaval, una fiesta que si por algo nos gustan en Bezzia es por sus dulces. Las torrijas y la leche frita se convierten en postres habituales por esas fechas en nuestro país, pero por que no degustar, además, otros dulces populares en Carnaval como los Castagnole.
Los castagnole son un dulce tradicional italiano cuya masa se parece mucho a la de nuestras rosquillas fritas. También se les compara con los buñuelos de viento por la forma en la que actúan durante la fritura. Aunque a diferencia de los buñuelos, no se rellenan.
Los castagnole pueden prepararse de muchas formas, aunque en Bezzia sentimos debilidad por esta versión con queso ricotta. Si os gusta el requesón no dudéis en probar los Castagnole de ricotta porque os sorprenderán. Y no no tenéis que esperar a Carnaval para hacerlo.
Ingredientes
- 200 g. de queso ricotta
- 50 g. de azúcar
- Ralladura de 1 limón
- Ralladura de 1 naranja
- 2 huevos M
- 250 g. de harina de repostería
- 8 g. de levadura química
- Aceite suave para freír
- Azúcar para rebozar
Paso a paso
- Bate el queso con el azúcar hasta obtener una crema.
- A continuación agrega las ralladuras y los huevos, uno a uno, sin dejar de batir.
- Incorpora después la harina tamizada con la levadura en varias tandas, mezclando con una lengua tras cada adición para terminar de preparar la masa.
- Una vez hecha la masa, calienta abundante aceite en un cazo amplio. El aceite no debe estar extremadamente caliente o los castagnole se dorarán en exceso por fuera y quedarán crudos por dentro. Si tienes un termómetro de cocina lo ideal es que controlases que la temperatura oscile entre 160-170ºC.
- Fríe los castagnole en tandas hasta que se doren. Utiliza una cucharita para coger una porción de masa equivalente a una nuez y con tus manos, mojándote ligeramente las yemas de los dedos para que la masa no se pegue, da forma a los castagnole antes de meterlos en el aceite. Como ocurre con los buñuelos, ellos solos se irán girando al hincharse.
- Una vez dorados, sácalos de la sartén y rebózalos en azúcar.
- Los castagnole están riquísimo recién hechos cuando la capa exterior esta crujiente gracias a la fritura y el azúcar, pero también puedes comerlos al día siguiente -aunque esa característica haya desaparecido- si los conservas en un recipiente hermético una vez fríos.