Descubre cómo preparar auténticos cantuccini italianos

  • Los cantuccini son galletas italianas originarias de Toscana, conocidas por su doble horneado.
  • Se acompañan tradicionalmente con vin santo, pero son versátiles para otros momentos del día.
  • Su preparación puede personalizarse con diferentes frutos secos y aromas.
  • Un recipiente hermético es ideal para conservarlos crujientes durante semanas.

Cantuccini, biscotti o biscotes de almendra

Precedente de la vecina Italia, llegan a nuestras mesas los exquisitos cantuccini, biscotti o biscotes de almendra. Estas deliciosas galletas crocantes, originarias de la región de Toscana, son conocidas por su característica de ser horneadas dos veces, un proceso que les otorga su textura única. De hecho, el término «biscotti» proviene del latín «bis-cotto», que significa «cocido dos veces».

Tradicionalmente, los cantuccini se sirven acompañados de vin santo, un vino dulce toscano en el que se mojan antes de degustarlos. Sin embargo, también puedes disfrutarlos con un vaso de leche, café o , convirtiéndose en una opción ideal para cualquier momento del día.

Ingredientes esenciales para preparar cantuccini

  • 1 taza de azúcar (220 g).
  • 1 taza y 1/2 de harina de trigo (300 g).
  • 150 g de almendras crudas (sin pelar, preferiblemente).
  • 1/2 cucharada de levadura química.
  • 2 huevos.
  • La ralladura de un limón.
  • 50 g de pasas sultanas (opcional).
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Origen y evolución de los cantuccini

Los cantuccini tienen raíces que se remontan a tiempos antiguos, probablemente a la época romana. Durante esos años, los soldados consumían galletas similares denominadas «cantellus» (rebanadas de pan), que eran prácticas por su larga conservación y fácil transporte. El método de doble horneado, que caracteriza a los cantuccini, ayudaba a preservar su frescura durante semanas.

Esta tradición fue rescatada y adaptada más tarde por el famoso panadero de Prato Antonio Mattei, considerado el «padre» de los biscotti modernos. Su receta, conocida como Biscotti di Prato, se ha convertido en un símbolo de la repostería italiana. Hoy en día, los cantuccini siguen siendo un emblema de la Toscana y un regalo gastronómico popular.

Preparación de los biscotes de almendra

Para obtener unos cantuccini perfectos, sigue estos pasos cuidadosamente:

  1. Preparación inicial: Precalienta el horno a 170°C.
  2. En un bol grande, combina los ingredientes secos: harina, azúcar y levadura.
  3. Agrega los huevos batidos y la ralladura de limón. Mezcla hasta obtener una masa uniforme.
  4. Incorpora las almendras enteras y las pasas (si decides incluirlas). Amasa con las manos hasta que los ingredientes estén bien integrados.
  5. Divide la masa en dos partes y forma dos troncos aplanados de unos 25 cm de largo por 5 cm de ancho. Colócalos en una bandeja de horno con papel vegetal, dejando espacio entre ellos.
  6. Primer horneado: Hornea durante 20-25 minutos o hasta que los troncos estén firmes y ligeramente dorados.
  7. Retira del horno y deja enfriar completamente antes de cortar, para evitar que se rompan.
  8. Usando un cuchillo de sierra, corta los troncos en rebanadas diagonales de 0,5 cm de grosor.
  9. Segundo horneado: Precalienta el horno a 140°C y hornea las rebanadas durante 15-20 minutos, dándoles la vuelta para dorarlas uniformemente.
  10. Retira del horno y deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de servir.

Consejos y variaciones

Si deseas personalizar tus cantuccini, considera las siguientes opciones:

  • Cambia las almendras por pistachos, avellanas o incluso nueces.
  • Añade una cucharada de extracto de vainilla o ralladura de naranja para un aroma diferente.
  • Si prefieres una textura más suave, incluye un poco de mantequilla en la receta.

Recuerda que los cantuccini se conservan perfectamente durante semanas si los guardas en un recipiente hermético. Así siempre tendrás a mano este delicioso bocado.

Los cantuccini, con su crujiente textura y su irresistible sabor a almendra, son un verdadero lujo para múltiples ocasiones. Ya sea como postre acompañado de un vino dulce o como parte del desayuno con café o leche, su versatilidad los convierte en una opción clásica y atemporal. Al aprender a prepararlos en casa, no solo revives una tradición toscana, sino que también añades un toque de elegancia a tu mesa.


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