Los buñuelos de viento son uno de los dulces más apreciados de la gastronomía española. Su preparación y consumo están profundamente vinculados a celebraciones tradicionales como el Día de Todos los Santos, la Semana Santa o la Cuaresma. Pero su popularidad trasciende estas festividades, convirtiéndose en un postre versátil y perfecto para cualquier ocasión especial, como cumpleaños o reuniones familiares.
La particularidad de los buñuelos de viento radica en su textura ligera y aireada, de ahí su nombre, que aparenta estar «rellena de aire». Aunque también se pueden disfrutar simplemente rebozados en azúcar, los rellenos los hacen irresistibles. Entre los más comunes encontramos crema pastelera, chocolate, nata o incluso confituras de frutas. Su versatilidad tanto en países como en recetas permite que sean adaptados a los gustos individuales.
Ingredientes
- 75 g de harina
- 5 g de levadura química
- 2 g de sal
- 125 ml de agua
- 25 g de mantequilla
- 1 cáscara de limón
- 2 huevos
- 350 ml de aceite
- 30 g de azúcar
Paso a paso para hacer buñuelos de viento
A continuación, te explicamos cómo preparar unos buñuelos de viento perfectos siguiendo esta receta tradicional:
- Prepara la mezcla inicial: En un bol, tamiza la harina junto con la levadura y resérvala.
- Infusiona los sabores: Coloca un cazo al fuego con el agua, la mantequilla, la cáscara de limón y la sal. Deja que hierva para liberar el aroma del limón. Una vez que rompa a hervir, retira la cáscara de limón.
- Integra los ingredientes: Añade la mezcla de harina de golpe y remueve vigorosamente. La masa debe espesar y despegarse de las paredes del cazo. Retírala del fuego y deja que repose unos cinco minutos.
- Añade los huevos: Incorpora los huevos uno a uno a la masa. Mezcla bien tras cada adición hasta obtener una textura homogénea. Es importante no añadir el siguiente huevo hasta que el anterior esté completamente integrado.
- Forma los buñuelos: Utiliza dos cucharas para dar forma a pequeñas bolitas de masa. No te preocupes si no son perfectas, ya que en el aceite tomarán forma redondeada.
- Fríe los buñuelos: Calienta abundante aceite en una sartén a fuego medio. Los buñuelos deben flotar. Fríelos por tandas pequeñas para evitar que se peguen entre sí. Durante la fritura, verás cómo se inflan y, en muchos casos, se giran solos. Esto es señal de que están cocinándose uniformemente.
- Escurre el exceso de aceite: Una vez dorados, sácalos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
- Rebózalos: Antes de que enfríen, pásalos por azúcar para que se adhiera bien. Si deseas darles un toque extra, puedes mezclar azúcar con canela.
- Deja enfriar y sirve: Una vez a temperatura ambiente, están listos para disfrutar tal cual o rellenarlos con tu crema favorita.
Consejos adicionales: Si deseas un acabado más profesional, utiliza una manga pastelera para dosificar la masa directamente al aceite. Además, asegúrate de que el aceite se mantenga en una temperatura constante para evitar que queden crudos por dentro.
Relleno de los buñuelos
Si decides rellenar tus buñuelos, aquí tienes algunas opciones deliciosas:
- Crema pastelera: Tradicional y exquisita. Puedes darle un toque cítrico con ralladura de limón o naranja.
- Nata montada: Perfecta para un resultado ligero y esponjoso.
- Crema de chocolate: Ideal para los amantes del dulce.
- Confitura de frutas: Aporta frescura y contraste.
Para rellenarlos, utiliza una manga pastelera con boquilla para introducir el relleno en el interior de los buñuelos. Puedes hacer una pequeña incisión con un cuchillo si es necesario.
Origen e historia de los buñuelos de viento
Los buñuelos de viento tienen un origen que se remonta a la tradición sefardí. Los judíos sefarditas elaboraban «bimuelos» durante la celebración de Janucá, una festividad cercana en fechas al Día de Todos los Santos. Esta herencia pasó a formar parte de la gastronomía cristiana, adaptándose a las festividades religiosas.
El nombre «de viento» proviene de su característica textura hueca y ligera. Durante la fritura, la masa se infla con el calor, creando un interior vacío que resulta perfecto para añadir todo tipo de rellenos.
Consejos para unos buñuelos perfectos
- Controla la temperatura del aceite: Si está demasiado caliente, los buñuelos se dorarán por fuera pero quedarán crudos por dentro.
- Usa cucharas aceitadas: Para manipular la masa sin que se pegue, unta las cucharas con un poco de aceite.
- Opta por un aceite neutro: El aceite de girasol es ideal, ya que su sabor no interfiere con el de la masa.
- Rellena justo antes de servir: Si los rellenas con antelación, podrían perder su textura crujiente.
Disfrutar de unos buñuelos de viento es más que degustar un postre; es un viaje a través de la tradición y la historia. Prepararlos en casa no solo asegura un sabor excepcional, sino que también se convierte en una actividad perfecta para compartir momentos con la familia. Dale un toque personal a tu receta y permite que este clásico siga conquistando corazones.