Beneficios de dormir 30 minutos de siesta al día

Dicen que la siesta es una costumbre original de España, pero desconocemos la autenticidad de ese dato. Lo que sí sabemos es que actualmente está presente en países del sur de Europa, Lationamérica, África del norte y hasta asiáticos, como China, India o Taiwán, por sólo mencionar unos cuantos.

Pero, ¿a qué llamamos realmente siesta? ¿Cuántos tipos de siesta hay? ¿Son todo beneficios o también tiene sus desventajas y efectos negativos? A continuación, respondemos a esas preguntas y algunas más.

¿A qué llamamos siesta?

Llamamos siesta al descanso después de haber almorzado. Ese descanso consistirá en echar un sueñecito, que normalmente ronda entre los 20 y 30 minutos, pero según qué personas y según el grado de cansancio que llevemos acumulado, puede llegar hasta las 2 horas de sueño.

De ahí que podamos clasificar la siesta en corta o larga. Pero, ¿es igual de beneficiosa ambas? La respuesta corta es no, pero también hay acepciones.

Beneficios generales de la siesta

  • Disminuye los riesgos cardiovasculares.
  • Aumenta el rendimiento en el trabajo o en el estudio.
  • Refuerza nuestro estado de alerta, teniendo mucha más atención y mayor sentido del reflejo.
  • Aumenta nuestra capacidad de concentración.
  • Reduce la fatiga, el cansancio, el estrés…
  • Mejora el ánimo.
  • Libera tensiones y despeja la mente de cargas.

Efectos negativos de la siesta

La siesta corta, es decir, aquella que nos echamos de unos 20 o 30 minutos como mucho, sólo trae beneficios, concretamente todos los vistos en el punto anterior. Sin embargo, cuanto más larga es la siesta (1 o 2 horas) mayor probabilidad hay de sentir los siguientes efectos negativos:

  1. Puede producir insomnio y empeorar tu calidad de sueño durante la noche.
  2. Puedes despertarte desorientada o con una sensación de atontamiento.

¿Cuál es la siesta ideal?

Podemos decir entonces que la siesta ideal y la que podemos practicar a diario en caso de tener tiempo para ella, es la siguiente:

  • Aquella que dure entre 20 y 30 minutos.
  • Aquella en la que nos tumbamos con algunas almohadas de apoyo.
  • Aquella que nos echamos en una habitación en total silencio y con poca luz o totalmente a oscuras.
  • La que se realiza entre las 3 p.m y las 4 p.m.
  • Echándonos una manta fina por encima para no pasar frío pero sin taparnos ni acostarnos totalmente como hacemos de noche. Si hacemos esto nos costará más salir de la cama.

Por lo tanto, y dicho esto, te recomendamos echar una siesta diaria de las características anteriormente citadas si tienes tiempo en tu día a día porque tu organismo y tu salud te lo agradecerá a la larga.


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