¿Bañera o ducha? Mejor un buen combinado

Cuando nos planteamos llevar a cabo una reforma en nuestro baño (o en ocasiones se nos da a elegir acabados en caso de pisos de nueva construcción) suele surgir siempre la misma pregunta: Optar por una bañera o una ducha. Muchas veces la decisión está clara por cuestiones evidentes de espacio, pero incluso cuando el aseo es lo suficientemente grande para albergar una bañera standard apelamos a la funcionalidad, el ahorro de agua o la facilidad de limpieza de una ducha cerrada por mampara.

El problema es que a lo largo de los años nuestras circunstancias personales cambian y en consecuencia también las necesidades prácticas del aseo diario; si tenemos hijos la bañera se hace casi imprescindible durante los primeros años, y si nos hacemos mayores (o debemos atenderles), el plato de ducha standard o la bañera tradicional son insuficientes al no permitir que uno pueda sentarse o incorporarse comodamente. Los fabricantes especializados en muebles y sanitarios de baño han conseguido solventar todas estas cuestiones de un plumazo con los denominados «combinados» que permiten aunar ambos elementos en uno.

Una de las compañías que más éxito está obteniendo con este tipo de productos es la italiana Teuco, que no sólo apela a la ergonomía, la polivalencia y la seguridad de los combinados para toda la familia (como se aprecia en los dibujos), sino que cuenta con unas propuestas muy cuidadas estéticamente, de acabados redondeados, tacto agradable y calidez visual gracias a sus formas orgánicas y los paneles de madera en diferentes tonos que se ofrecen a nivel decorativo.

Aparte de la puerta en altura completa que permite entrar de forma comoda y que se cierra herméticamente para evitar fugas en la bañera, estos diseños incluyen un asiento integrado a media altura, reposacabezas y dos zonas de grifería. Sin embargo lo más destacable es la versatilidad de su montaje, ya que un kit de elevación permite instalar el combinado fuera del suelo, evitando orificios para empotrar el sistema de desagüe y de esa forma elegir su posición indistintamente en cualquier pared o en una versión central (e incluso frente a una cristalera).

Los combinados pueden contribuir a inspirar el ambiente completo de nuestro aseo e influir en la decoración, como este modelo compacto de estilo minimalista decorado con pequeñas teselas de mosaico antracita que se extienden al resto de los accesorios del baño. Una de las ventajas de este diseño es que la mampara de la ducha se puede abrir hacia fuera para disfrutar de la bañera libremente y cuenta con una pequeña puerta de cristal que se acopla en el hueco en forma de «u» en caso de que nos apetezca llenarla hasta el borde en un anhelado momento de relax.

Los amantes de la ducha con hidromasaje no tienen porqué renunciar a la opción de un combinado, como demuestran estos ejemplos de las fotografías. Eso sí, en este caso es fundamental contar con una zona «en cabina» que se cierre por completo y evite que los chorros dirigidos acaben empapándolo todo, principalmente !si hay alguien más sentado en la bañera! Existen versiones donde unicamente se despliega la mampara circular de la ducha u otras alternativas compactas en las que todo queda hermáticamente cerrado a modo de baño turco multifuncional.

Se puede ir incluso más allá del combinado doble y planificar un 4 en 1 a la medida si contamos con un buen presupuesto o quizá nos vemos obligados a que el aseo comparta espacio con el dormitorio, ganando así en diafanidad y luz natural. Varios estudios de arquitectura han potenciado el uso de estos muebles polivalentes que aunan ducha, bañera y lavabo, aprovechando todo el perímetro que conforman los sanitarios para armarios, contenedores o estantes que organicen las necesidades higiénicas en menos de 3 metros cuadrados. El lujo de los mejores Resorts sin salir de casa, o sopesar si a la larga compensa la inversión.

Si las propuestas presentadas hacen que lamentemos esa última reforma en la que decidimos transformar la bañera en ducha, que no cunda el pánico porque hay otras soluciones y a veces el resultado es hasta divertido: En el mercado hay modelos variados de bañeras plegables o desmontables que se acoplan en el plato de ducha, para que los niños puedan darse un estupendo baño de espuma que convierta el «temido» difusor de chorro en una manguera de llenado.

Suelen incluir tapón de vaciado, pueden llevarse de viaje, admiten el peso de 2 o 3 niños y se les puede dar uso hasta que nuestros hijos cumplan los 5 o 7 años, dependiendo del artículo y sus dimensiones. Quizá este producto no aporta los avances tecnológicos ni los valores estéticos de los diseños anteriores, pero para nuestros hijos probablemente sea el combinado definitivo (y para nosotros un auténtico alivio aunque haya que mojarse… literalmente).