Avena: cómo usarla y porqué

Cada vez son más las dietas que incluyen un gran número de cereales entre los alimentos preferentes de consumir. Ello hace que cada vez sean más las personas que utilizan los cereales en sus menús diarios.

Sin embargo, los cereales mal preparados pueden llegar a perjudicar nuestro intestino debido a los antinutrientes que contienen, por eso vamos a hablar hoy de uno de los cereales que más fama ha ido alcanzando durante los últimos años: la avena.

Lo más común es que la avena sea utilizada directamente en grano en distintas recetas: un puñado a un bizcocho, pan o magdalenas; trituradas como harina; como topping en un yogur o crema; porridge.. etc.

La avena es un alimento muy versátil que se consume de manera diaria en muchas casas, sin embargo, en la mayoría de ella no está preparada de una manera saludable.

La avena y sus antinutrientes

Avena

Hoy día, hay que saber que ha alimentos con mucha más densidad nutricional que los cereales que además pueden resentir nuestro intestino llegando a padecer intestino permeable. Nuestra salud depende mucho del estado de nuestro sistema digestivo, entre el que el intestino tiene un papel fundamental.

Para hacer un buen consumo de cereales, estos deberían ser sin gluten o preparados de una manera adecuada haciendo que pasen por un proceso de fermentación que mejore sus propiedades nutricionales y reduzca los antinutrientes. 

Cualquier producto de grano y también hortalizas y tubérculos, tienen ciertas sustancias que son tóxicas en altas dosis o que consumidas muy a menudo afectan a nuestro intestino dañando sus vellosidades. Ésto no es algo muy grave, pero cuando mejor consumamos los alimentos mejor se encontrará nuestro organismo.

Estos antinutrientes son la defensa natural que poseen los vegetales para que no los consumamos, de igual manera que los animales pueden salir corriendo, tienen colmillos, cuernos, etc. Cada ser vivo tiene su manera de defensa, solo que la vegetal nos afecta de manera interna.

¿Cuáles son los antinutrientes de la avena?

1. El ácido fítico

Este ácido orgánico contiene fósforo y está presente en una gran cantidad de alimentos vegetales como los frutos secos, las legumbres y los cereales.

Dependiendo del tipo de alimentación de cada persona, consumir este tipo de vegetales no tienen ningún problema. Si por ejemplo, basa la alimentación en productos ricos en verduras, proteínas y grasas saludables evitando los ultraprocesados.

No obstante, hay que tener en cuenta qué pueden hacer en nuestro cuerpo estos antinutrientes para saber si nos están afectando. Muchas personas que exceden el consumo de cereales, legumbres y frutos secos pueden presentar una mala asimilación de ciertos minerales como el hierro, el calcio o el zinc. También pueden sufrir problemas intestinales e inflamación. 

¿Por qué? Porque estos antinutrientes secuestran algunos de los nutrientes que nos aportan los alimentos y no permiten que sean absorbidos por nuestro organismo.

Así, como existen estudios que analizan los antinutrientes y como perjudican a nuestro organismo, hay estudios que defienden un posible efecto beneficioso del ácido fítico como antioxidante contra el cáncer.

2. Inhibidores enzimáticos

Para personas con sistemas digestivos delicados o en formación como los bebés o niños pequeños, los inhibidores enzimáticos pueden ser un problema en elevadas dosis pues hacen difícil el trabajo de algunas enzimas digestivas.

3. Las lectinas

Las lectinas afectan de manera bastante clara a nuestro intestino y a la autoinmunidad. En muchos casos de procesos de recuperación suprimen los granos para lograr una buena sanación.

Hay numerosos estudios alrededor de las lectinas y las inflamaciones, las lectinas y las enfermedades bucodentales etc.

¿Es realmente grave el consumo de estos antinutrientes?

Consumir de vez en cuando estos alimentos en preparados industriales de manera ocasional no va a presentar un peligro para nuestro cuerpo, sin embargo esto no debería ser en ningún caso un acto reiterado porque las consecuencias pueden ser dañinas para nuestra salud.

Cada cuerpo es un mundo, y por tanto no a todo el mundo afectan de la misma manera, pero sí hay grupos de personas que se beneficiarían indudablemente de un cambio en la preparación de estos alimentos:

  • Personas con problema de absorción de minerales como el hierro.
  • Personas con problemas intestinales o enfermedades autoinmunes.
  • Bebes y niños pequeños.

Es sabido que hay setas y animales venenosos que se consumen después de una correcta preparación para no resultar tóxicos. Con los cereales, esto no se realiza porque los efectos no son tan graves y se necesita un consumo reiterado de los mismos, pero… ¿Porqué no prevenir? No solo ayudaremos a que nuestro cuerpo absorba mejor los nutrientes de lo que consumimos sino que además, el proceso digestivo será mucho más fácil. 

¿Cómo preparar la avena para utilizarla en tus recetas?

Gachas de avena

Solo hay que echar la vista atrás para saber cuál es la correcta forma de preparar alimentos como los cereales o las legumbres. Nuestras abuelas remojando las legumbres, cociéndolas lentamente con laurel y añadiéndole otras especias como el comino que reducen su efecto antiinflamatorio. 

En el caso de los cereales nada mejor como lavarlos, remojarlos cuando sea necesario y fermentarlos.

La fermentación es uno de los mejores procesos para lograr una buena digesión de los alimentos, aumentar la asimilación de sus nutrientes y alargar su caducidad. Ya que este es un proceso de modificación de los alimentos gracias a ciertos microorganismos.

Fermentación de la avena

Es muy sencillo de realizar, solo hay que coger una taza de avena por dos de agua tibia y añadir un medio ácido como dos cucharaditas de limón o dos de vinagre. En el caso de utilizar vinagre mejor uno sin pasteurizar o «con la madre». Y dejar a remojo por lo menos 12 horas. 

Después solo hay que escurrirlo bien y utilizarlo como prefieras: para hacer repostería, para hacer un porridge, etc.

Eso sí, mejor consumir los granos germinados cocinados para que el calor elimine una buena cantidad de fitatos.

Si os gusta desayunar avena, una buena opción es dejarla a remojo el día anterior y por la mañana poner la avena escurrida en una olla con leche o bebida vegetal, dejar que hierva y se espese al gusto y añadir canela, frutos rojos, miel, chocolate o lo que nos guste.


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