¿Te ocurre que tienes atracones de comida por ansiedad? Es algo más frecuente de lo que podíamos imaginar y por ello, debemos plantarnos y dejarnos llevar por una serie de consejos. Porque debemos cortar por lo sano cuanto antes. Ya que se trata de una especie de trastorno más complicado y que engloba muchas más emociones.
Los atracones de comida por ansiedad hacen que tengamos que pensar en la relación que llevamos con la comida. Sea como fuere, está claro que no es algo que debamos aparcar ni mucho menos. Lo mejor es que le pongamos freno cuanto antes y para ello, te dejamos con una serie de consejos a tener en cuenta.
Piensa en el problema base que te lleva a los atracones de comida por ansiedad
No siempre es sencillo, pero debemos intentar buscar la raíz o la base del problema. Porque seguro que hay algo escondido, aunque en ocasiones no sea realmente grave. Por ejemplo, puede ser una mala racha que te tiene más preocupado de lo habitual y por eso, intentas suplir esas preocupaciones con la comida. El estar más nerviosos o con más miedo y pasando por una serie de cambios pueden ser detonantes. Desde el momento en que sepamos qué es lo que nos lleva a tener esos impulsos, el camino será un poco más sencillo, porque podremos trabajar directamente en ello.
¿Es hambre realmente?
Cuando tenemos ansiedad, nos llevamos el atracón pero realmente no tenemos hambre. Simplemente es una manera de evitar el problema que realmente tenemos. Esto es porque el control no está en nuestra vida y es algo que debemos retomar antes de que se complique mucho más. Así que, antes de levantarnos e ir a la cocina, nada como analizar lo que está pasando. Párate unos segundos y piensa que si tienes hambre o no. Porque hay que diferenciar el hambre emocional de la física. Si realmente acabas de comer hace poco y sientes que tienes ganas pero de alimentos poco saludables, entonces está claro que las emociones son las que están hablando. De ahí que los atracones suelen ser de productos dulces, bollería y similares, en la gran mayor parte de los casos.
Date algún capricho de vez en cuando y olvídate de las dietas restrictivas
Tenemos claro que, dependiendo de lo que estamos viviendo cada día, podemos estar con el ánimo por las nubes o quizás, por los suelos. De ahí que siempre hay que buscar la salida y esta no está en relación con la comida. Pero sí es cierto, que a veces nos merecemos una buena recompensa en forma de capricho. Pero siempre con control, claro está. Cuando no llevamos una dieta demasiado restrictiva, solo equilibrada, no nos sentiremos tan mal si dicho capricho aparece de vez en cuando. Sabemos que estamos haciendo algo bien, algo que el cuerpo nos pide y se lo damos. Verás cómo así nuestro cerebro sabe bien lo que quiere y lo que necesita.
Organiza y planea tus comidas de cada día
Es habitual que, si nos despistamos de las horas de las comidas, nos llevemos a la boca esas tentaciones que no nos aportan nada sino azúcares o grasa. Por eso, lo mejor es planificar los menús de cada día y cocinar con un poco de antelación, para evitar caer en tentaciones. Además, recuerda que debes hacer unas 5 comidas al día. No es algo que haya que seguir al pie de la letra, porque dependerá de las necesidades de cada uno, pero ayuda. Porque de este modo no llegarás a ninguna comida con demasiada hambre que te haga tomar alimentos poco saludables en forma de atracones de comida.
Busca alternativas en forma de distracciones
¿Qué tu cerebro te dice que es el momento de atracar la nevera? Entonces respira unos segundos de manera profunda para conseguir relajarte. Tras ello, intenta realizar algún otro tipo de actividad con la finalidad de mantenerte ocupado. Puedes poner orden en tu hogar, mandar algunos mensajes que tienes atrasados o cualquier cosa rápida que puedas llevar a cabo. ¡Así evitarás los atracones de comida!