Me encantan los postres que nos transportan al la infancia, como este arroz con leche tradicional. Su delicado aroma a canela nos invadirá de recuerdos a muchos de nosotros sin duda.
Este postre se elabora tradicionalmente en muchos países, pudiendo presentar algunas variaciones en cada lugar. De cualquier modo, entre sus ingredientes nunca falta la leche, el arroz y el azúcar. Su elaboración es relativamente fácil, básicamente consiste en hervir una cierta cantidad de arroz en leche.
Ingredientes:
- 1 litro de leche.
- 1 vaso de arroz.
- 3 cucharadas de azúcar blanco.
- La cáscara de un limón.
- 2 ramas de canela.
- Canela en polvo para decorar.
Preparación del arroz con leche:
Comenzaremos pelando el limón y extrayendo su cáscara con la ayuda de un cuchillo. Tendremos especial cuidado de no incorporar la parte blanca porque amarga.
Ponemos a calentar en una cacerola, a fuego medio hasta que hierva, el litro de leche, el azúcar, la cáscara de limón y las ramas de canela. Mientras esto se calienta, lavamos el arroz con agua fría. Al principio el agua saldrá turbia y blanquecina y tendremos que seguir lavándolo hasta que salga limpia o casi limpia.
Cuando la leche esté en ebullición, añadimos el arroz escurrido y bajamos el fuego, manteniendo una temperatura media-baja. Dejamos que se cocine durante 50 o 60 minutos. Procuraremos remover de vez en cuando, con más frecuencia conforme más se vaya consumiendo la leche, sobre todo en los últimos momentos de la cocción, para evitar que el arroz se pegue al fondo.
A los 50 minutos, probaremos el arroz y miraremos qué cantidad de leche queda en la cacerola. Si el arroz está hecho y queda mucha leche todavía, lo dejaremos al fuego 10 minutos más. Si queda poca leche, lo retiraremos del fuego enseguida.
Una vez fuera del fuego, retiraremos la cáscara de limón y las ramas de canela. Dejamos reposar 5 minutos, lo repartimos en recipientes individuales y espolvoreamos una pizca de canela en polvo por encima para decorar. Si lo vamos a conservar en la nevera, cubriremos los recipientes con una tapa o con film de cocina, para evitar que la capa superficial se reseque.