Las nuevas tendencias nos llegan constantemente y siempre deseamos probarlas todas. Y es que en cuestión de belleza hay muchas cosas por descubrir para sentirnos más bellas. En este caso vamos a hablar del multimasking, que es una tendencia que ha surgido hace poco y que nos habla de la necesidad de utilizar distintas mascarillas.
La técnica del multimasking la hemos llevado a cabo desde hace mucho tiempo, solo que a veces no le damos este tipo de nombres a las cosas. Las personas con la zona T por ejemplo, saben la importancia de usar productos específicos para cada zona. Cada piel es un mundo y necesitamos adaptarnos a ella con las distintas mascarillas que existen.
Por qué hacer multimasking
La técnica del multimasking nos propone usar mascarillas distintas para cada zona de la cara, algo que es totalmente lógico. Nuestro rostro tiene piel distinta en diferentes sitios. No tratamos igual la zona de la frente con brillos que el contorno de labios o el contorno de ojos o las mejillas, así que no tenemos por qué utilizar la misma mascarilla para todo porque nuestra piel tiene necesidades distintas dependiendo de la zona. Estas mascarillas se pueden aplicar una o dos veces por semana para no aplicar productos en exceso en la piel. Evidentemente, si cambiamos de mascarilla podemos aplicar más a menudo. Es decir, un día podemos añadir una mascarilla detox y otro una que sea calmante o hidratante.
Mascarilla purificante
Podemos tener la piel grasa o bien tener grasa solamente en la zona T. Las mascarillas purificantes se pueden hacer en casa o comprar. Una muy popular es la de arcilla verde, que se usa precisamente para limpiar las zonas de la piel en la que hay grasa e impurezas. Si queremos hacer una mascarilla casera, podemos usar ingredientes como la avena o el limón. Estas mascarillas se aplicarían sobre la zona T, en la frente, la nariz y en la barbilla, que es en donde solemos tener poros abiertos e impurezas y en donde aparece más grasa y brillos.
Mascarilla hidratante
Hay zonas que se secan más que otras porque no tienen tantas glándulas sebáceas. En este caso deberíamos aplicar una crema hidratante que nos ayude a mantener la piel fresca y suave. Uno de los ingredientes que más nos gustan para este fin es la miel, que además de ser antibacteriana hidrata en profundidad. Pero también podemos utilizar aceite de coco o bien aloe vera. Las zonas en las que se suelen usar estas mascarillas son las mejillas, la sien y el cuello.
Mascarilla anti arrugas
En nuestro rostro las arrugas se notan mucho más rápido en determinadas zonas. Para ellas podemos usar aceite de oliva y miel o bien una mascarilla que tenga poder anti arrugas. Hablamos de la zona del contorno de ojos, del contorno de labios y también de la frente, pues ahí se originan algunas arrugas profundas con el tiempo. No siempre tenemos que usar todas las mascarillas a la vez, sino que podemos combinar una o dos de ellas para ir mezclando sus efectos. Por ejemplo en la frente podemos usar la que es detox y la que sirve para evitar las arrugas.
Mascarilla calmante
Si tu piel tiene rojeces y es sensible, seguramente necesitarás utilizar también este tipo de mascarillas. La zona de las mejillas y la frente suele ser en donde más se notan las rojeces, por lo que es ahí en donde debemos aplicarla. La leche de avena es por ejemplo un gran ingrediente para hacer este tipo de mascarillas. También la miel o la manzanilla pueden ser buenos ingredientes para hacer una mascarilla calmante para la piel.