Seguramente hayas tenido alguna vez algún ‘problemilla’ en esa zona, es normal porque es una zona delicada y si no la mantenemos limpia y atendida puede que se altere sin desearlo.
Sabemos que tiene un pH diferente y que tiene que regularse por sí sola, sin embargo, nosotras podemos ayudarla a que esté mucho más ‘contenta’.
El flujo vaginal es rico en bacterias saludables que permiten atacar a los agentes patógenos, en embargo, en ocasiones se puede debilitar esa barrera natural y da lugar a infecciones o mal olor.
No debemos abusar de las duchas vaginales ni una higiene excesiva con jabones porque podrían ocasionar una alteración del pH y la flora de la zona, presta atención a nuestros consejos para que tu zona íntima esté cuidada y saludable.
Recomendaciones para el cuidado de nuestra zona íntima
Higiene íntima
Es primordial la higiene, pero no debemos obsesionarnos porque podríamos alterar el pH. Tenemos que seleccionar los productos neutros y de calidad para que la zona se mantenga equilibrada y limpia.
Debemos crear hábitos de higiene, usar jabones íntimos que neutralicen los malos olores y los fluidos siempre que respeten el pH. Para prevenir irritaciones e infecciones lava la zona con agua y jabón, seca bien porque la humedad no es buena y podría ocasionar malos microorganismos.
Ropa interior de algodón
En el mercado existen multitud de prendas íntimas, de todas las clases: de algodón, de licra, encaje, microfibra, etc. Además, de todos los tipos y formas: bragas faja, culottes, bragas normales, tangas, etc.
El tipo de ropa interior que utilicemos en nuestro día a día puede ser la clave de padecer o no infecciones en la zona, porque si utilizamos algunos tipos de textiles como la licra o los materiales sintéticos puede que la humedad permanezca aumentando el número de bacterias.
Tenemos que escoger los tejidos transpirables como el algodón o los materiales naturales, ideal para crear un ambiente natural que haga que la zona esté protegida a la vez que cuidada.
No realices demasiadas duchas vaginales
Muchas mujeres están pendientes del olor que desprende su vagina y por ello, realizan duchas vaginales para eliminar ese olor y evitar que las bacterias proliferen. Sin embargo, no piensan que esas bacterias son beneficiosas para controlar la salud de su zona íntima y la protegen de infecciones.
Las duchas vaginales pueden producir una alteración del pH y la flora, por ello, controla la cadencia y la cantidad de veces que las realizas.
Mantén una vida sexual saludable
Es muy importante cuidarse en todas las relaciones sexuales que mantengamos, ya sea con nuestra pareja o en nuestras relaciones esporádicas. Tenemos que protegernos mediante barreras como el preservativo para no correr el riesgo de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual.
Si elegimos utilizar lubricantes íntimos o juguetes eróticos, busca las opciones de mayor calidad, productos erógenos que sean hipoalergénicos. Evita productos agresivos ya que podrían irritar tu vagina, provocar mal olor y otras molestias.
Por otro lado, se aconseja que después de una relación sexual se acuda al baño para orinar y limpiarnos bien la zona para que ninguna bacteria nos afecte.
Durante la menstruación cambia tampones y compresas
Aunque sea obvio decirlo, tenemos que tener en cuenta los tiempos de uso de compresas y tampones. Durante el periodo menstrual se deben cambiar cada 4 horas, para que el sangrado no permanezca mucho tiempo en la zona, este sangrado aumenta los niveles de pH y puede causar además, malos olores.
Cuando menstruamos hay un cambio inevitable en la zona, la sangre es de un pH diferente y mucho más alto que el de la vagina cuando está en estado ‘normal’. Para evitar las infecciones como el mal olor, cambia adecuadamente y cada cierto tiempo tus compresas o tampones.
Control de la humedad en la zona íntima
La vagina no debe estar seca, el flujo vaginal hace que esté siempre lubricada y es normal que esté húmeda. Sin embargo, la debemos cuidar contra las humedades externas como puede ser mantener un bikini o un bañador mojado durante mucho tiempo o llevar pantalones muy ajustados que presionen la zona.
Si no controlamos la humedad puede que proliferen hongos, bacterias o problemas de piel en la zona.
No abuses de las esponjas
Las esponjas si no se cambian regularmente pueden ser un lugar donde bacterias y microorganismos residan y puedan afectar a la zona íntima.
Realmente, es preferible no utilizar esponjas en la zona por esta razón, así evitaremos todo contacto de las bacterias con nuestra zona íntima. Un contacto excesivo, podría ocasionar lesiones en la piel, irritación o picores.
Ten en cuenta estos consejos para no tener problemas en el futuro en esta zona tan importante de tu cuerpo, dedícale tiempo y atención.