¿Tienes ansiedad por comer por la noche? Es algo que sucede más de lo que pensamos y es que a veces no le damos la importancia que tiene, porque realmente la tiene y debemos tratarlo cuanto antes. Así que para poner los mejores remedios siempre es conveniente saber qué es lo que puede causar esa sensación de hambre constante cuando cae la noche.
Se le conoce también como el síndrome del ‘comedor nocturno’. Porque no es algo que pueda suceder de una manera puntual sino que una vez que entra en nuestra vida, parece que quiere quedarse más de lo esperado. Podemos decir de él que es un trastorno al que se le debe dar la importancia que quiere para frenarlo. ¡Te contamos todo cuanto necesitas!
Cómo saber si sufro de la ansiedad por comer por la noche
Como sabrás la ansiedad se puede manifestar de diferentes maneras pero en todas ellas se dice que se trata de una respuesta ante algún tipo de estímulo, despertando al cuerpo de diversas maneras también. Pero hoy nos vamos a centrar en saber si tengo esa ansiedad que me lleva a comer más por la noche y a horas que no corresponden:
- Por las mañanas y, hasta bien avanzado el mediodía no tendrás hambre. De manera que evitas el desayuno por completo.
- Después de tomar la cena, tienes muchas más ganas de comer, pero de una manera descontrolada, sobre todo apostando por los alimentos más calóricos.
- Tras haber comido todo lo que se te antoja, no podrás dormir a pierna suelta.
- Te levantas con culpa por haber ingerido tal cantidad de comida en la madrugada, pero volverás a hacerlo el próximo día.
- Los cambios de humor son más que evidentes.
¿Por qué ocurre todo esto? Porque la persona está pasando por una fase de gran estrés que deriva en ansiedad y que si no se controla podrá desencadenar un problema mayor o más preocupante como es la depresión. Recordamos que si sucede de manera puntual, no hay motivo para alarmarse pero sí, si se mantienen en el tiempo.
Por qué sucede el síndrome del ‘comedor nocturno’
Lo acabamos de mencionar y es que, este síndrome puede aparecer cuando estamos sometidos a un gran estrés durante largo tiempo y sin que haya solución. Pensamos que si suplimos esas supuestas ganas de comer descontroladamente, nos estaremos apartando de todas las preocupaciones o las razones de ese estrés. Sin darnos cuenta que lo estamos alimentando y de manera literal. De manera que, lo que nos produce placer durante un momento, se convertirá en un gran bucle que hará que nuestra salud se vea resentida. Pensamos que comer alivia nuestros males como la sensación de vacío o la tristeza y demás sentimientos negativos pero realmente es todo lo contrario.
Qué hacer para ponerle remedio
No es algo sencillo, es cierto. Porque tenemos un problema de tipo psicológico que afecta a nuestro descanso pero también a nuestra alimentación. Así que, lo primero es pedir siempre ayuda de la mano de un especialista. El psicólogo será uno de tus mejores aliados en este tema. Pero mientras tanto puedes seguir estos consejos:
- Intenta obligarte a desayunar algo, ya que de este modo podrás ir cambiando los patrones. La idea es apostar por la proteína, añadir alguna fruta y carbohidrato en forma de pan o cereales. No hace falta que sea mucha cantidad, ya que podrás ir aumentándola poco a poco.
- Respeta también la media mañana y la media tarde, pero añadiendo yogur natural o frutas.
- Haz ejercicio cada día y además, los ejercicios de respiración y meditación son otra de las grandes ayudas para poder mantener a raya el estrés.
- Evita lanzarte a las comidas grasientas o dulces cuando creas que tienes que comer algo. ¿Qué te parecen unos bastoncitos de zanahoria con un poco de hummus?, una fruta de nuevo o una gelatina y yogur natural con un puñado de frutos secos pueden ser grandes alternativas.