En ocasiones son hábitos que seguimos y en muchas otras los alimentos excitantes que consumimos y no nos damos cuenta. Pero si ya de por sí la ansiedad puede aparecer en nuestra vida, es mejor no seguir alimentándola con productos innecesarios. Hoy descubriremos los que más nos pueden llegar a afectar.
Es cierto que el nerviosismo y la ansiedad pueden surgir por diversas causas. Una vez que ya están en nuestra vida, debemos de ponernos manos a la obra para intentar deshacernos de ello lo antes posible. Vamos a dar el primer paso y está en la alimentación y algunos de los hábitos cotidianos.
La sal es uno de los excitantes a tener en cuenta
Es cierto que hay personas que cocinan con poca sal, pero a otras se les va de las manos. La verdad es que en ocasiones el uso de la sal no es realmente malo. Pero como todo, siempre de una manera muy equilibrada y si la podemos sustituir por otro tipo de condimentos como las especias, mucho mejor. Cuando abusamos de alimentos o productos con sal, estaremos elevando la presión arterial. Algo que ya sabemos que no es nada saludable. Mientras que por otro lado, y siempre que sea un consumo excesivo, también absorberá el potasio. Este mineral es muy importante para el buen funcionamiento del sistema nervioso, por lo que si desaparece, estaremos más nerviosos que nunca.
Cafeína
Eso de tomar un café recién hecho por la mañana es algo vital para muchos. Porque los despeja y los mantiene en un sistema de alerta. Pero cuando lo seguimos tomando por el mismo motivo, entonces alterará la hormona que hace que estemos siempre más que despiertos. El cuerpo reaccionará con un sistema de alerta que nos acelera y con el que nos costará el relajarnos.
El cacao
Lo cierto es que nos gusta en muchas formas, pero hay que reconocer que el cacao también es otro de los alimentos excitantes. Ya que entre su composición nos encontramos con ingredientes de la talla de los alcaloides. Estos, estimulan tanto el corazón como el sistema nervioso. Es cierto que el cacao siempre ha sido uno de los alimentos más consumidos. Cuando se toma en dosis pequeñas, incluso tiene propiedades saludables. Por lo que siempre debemos llevar una dieta equilibrada, sin caer en un consumo por exceso pero tampoco por defecto.
Los dulces
En muchas ocasiones, cuando se nos antoja algún alimento no siempre es de lo más saludable. Los dulces y bollería están los primeros como dichos antojos. La carga de azúcares que contienen, pueden darnos mucha energía pero tan solo durante un tiempo limitado. La cual descenderá rápidamente y nos notaremos todavía más cansados o con esa sensación de irritabilidad. Por lo que los cambios de humor también desembocarán en un alto porcentaje de estrés.
Grasas saturadas
Cuando mencionamos una dieta equilibrada, no significa tener que renunciar a todo lo que comemos. Sino que debemos cambiar la forma de cocinar los alimentos, optar por más verduras y frutas, pero menos grasas saturadas. Cocinar con un poco de aceite de oliva es saludable y hasta recomendable, porque estamos ante una fuente de grasa que sí necesitamos. Al igual que ocurre con los aguacates, por ejemplo. Pero sí es cierto que debemos de huir de las denominadas grasas saturadas.
Tienen efectos muy negativos en la salud, ya que además de ser excitantes, no serán del todo bueno para el corazón o los demás órganos vitales. En este grupo incorporamos los platos pre-cocinados o la comida rápida que tanto gusta, pero que es bastante perjudicial. De nuevo queremos destacar que no ocurre nada porque un día nos demos un capricho. Pero sí debemos controlar lo que comemos para sentirnos más sanos y como no, más relajados.