El insomnio es uno de los trastornos más habituales del mundo moderno, un problema que afecta a cada vez más personas. La imposibilidad de alcanzar el sueño, de poder dormir, hasta el límite de necesitar ayuda externa para conseguirlo, es un problema que puede acarrear consecuencias muy negativas.
Un insomnio ocasional, causado por un motivo transitorio y repentino, puede convertirse en un problema crónico. Por lo que no se debe menospreciar este tipo de trastorno, ya que cuanto antes pongas remedio, antes podrás recuperar el sueño reparador que tu cuerpo necesita. Si todavía no estás sufriendo un insomnio crónico, prueba con estos consejos que te ayudarán.
¿Qué causa el insomnio?
El insomnio es la incapacidad que tiene una persona para conciliar el sueño o para mantenerlo una vez que se queda dormida. Existen muchas causas que pueden provocar una alteración en el sueño, aunque lo más frecuente es el ritmo de vida actual, acelerado y a mil revoluciones que impide despejar la mente a la hora de dormir. Los problemas económicos, laborales, las relaciones de pareja y las preocupaciones por los hijos, son alguna de las causas más frecuentes del insomnio.
No obstante, existen problemas médicos que pueden relacionar el insomnio con diversas enfermedades. Por ejemplo, enfermedades hormonales, metabólicas, digestivas, neurológicas o trastornos psicológicos, entre otras. En este caso, lo más aconsejable es que busques ayuda en tu médico, ya que lo principal será tratar el problema de base. Para un insomnio ocasional o frecuente pero con causas externas, puedes probar con estos consejos para combatir el insomnio.
Consejos para combatir el insomnio, crea una rutina de sueño
Igual que se hace con los niños cuando son pequeños, se les entrena para dormir a ciertas horas del día con una rutina de sueño. Es eficaz, es fácil de conseguir y además de ayudarte a dormir te ayudará a relajarte y mejorar otros aspectos saludables. En una rutina de sueño se incluye una ducha templada antes de cenar, una cena con alimentos relajantes, eliminar las pantallas 2 horas antes de dormir y crear un ambiente apropiado en la habitación.
Practica la meditación
La meditación te ayuda a conectar con tu yo interior, canalizando tus inquietudes para poder gestionarlas de una forma apropiada. Otras técnicas de relajación te ayudaran a combatir el insomnio, como las técnicas de respiración o el yoga.
Mantente activo
Practicar ejercicio es saludable en muchos sentidos, te ayuda a mantener un peso corporal adecuado, te mantiene en buena forma, te ayuda a liberar estrés y además te permite dormir mejor. Una combinación de factores que causan insomnio y que de una sola forma te ayudará a combatirlo.
Una alimentación saludable
Si sufres de insomnio, debes mejorar tu alimentación especialmente a partir de la media tarde. Evita tomar alimentos excitantes como el café, el chocolate o las infusiones con teína. Tampoco debes tomar alimentos muy grasos, fritos, procesados, ni comidas que te dejen sensación de pesadez. Elige alimentos de fácil digestión y termina la cena con una infusión de manzanilla.
Prepara un ambiente relajado para dormir
No hay nada como una habitación desordenada para desestabilizar emocionalmente hasta el más preparado. Si tienes problemas de sueño, tener un ambiente poco propicio para descansar será tu mayor enemigo. Asegúrate de dejar tu dormitorio despejado, sin cosas por medio y limpio. Tener las sábanas limpias, con buen olor y bien estiradas es fundamental para poder dormir bien.
También debes asegurarte de tener una temperatura adecuada en tu habitación, ya que tanto el exceso de calor, la humedad o el frío, impiden que puedas conciliar el sueño. Utiliza la cama solo para dormir, no tengas a mano el teléfono móvil ni cualquier otro dispositivo que pueda alterar tu sistema nervioso. Prueba con sonidos relajantes como el sonido del mar o la naturaleza, para muchas personas es infalible.
Si tras probar estos consejos para combatir el insomnio aún persiste, lo más aconsejable es acudir a la consulta del médico para buscar posibles causas. Evita tomar fármacos que favorecen el sueño, incluso los que se venden sin receta. Aunque se pueden tomar, no son muy aconsejables si no están prescritos y controlados por un médico.