Cuando nos encontramos con un cabello que se encrespa, que no se deja peinar tan fácilmente y que ha perdido su brillo, tenemos que prestarle una atención especial. Para que esta atención sea eficaz a la par que económica, vamos a hacer nuestros propios acondicionadores caseros para el cabello. Estos productos no solo son más económicos, sino que además evitan el uso de químicos que pueden dañar la melena a largo plazo.
Sin duda, son muchas las recetas que harán que los acondicionadores caseros se conviertan en uno de los grandes descubrimientos que, de una manera muy sencilla, podremos fabricar cómodamente en casa. Tan solo necesitas unos cuantos ingredientes naturales y un poco de paciencia, ya que como bien sabemos, los resultados no siempre se ven rápidamente. Sin embargo, tras un uso constante, los efectos positivos se mostrarán claramente.
Acondicionador con aguacate y plátano
Uno de los cometidos de esta receta es tanto hidratar como nutrir nuestro cabello. Es por ello que tanto el plátano como el aguacate son ideales para este tipo de preparados. Esta receta es perfecta para cabellos dañados, encrespados y muy secos.
- Un plátano maduro
- Un aguacate
- Un huevo
- Dos cucharadas de miel
- Dos cucharadas de aceite de oliva
Preparación: Machaca el aguacate con un tenedor hasta formar un puré. Añade el plátano en trozos y las cucharadas de aceite de oliva. Mezcla bien hasta obtener una pasta uniforme. Luego añade el huevo batido y, finalmente, la miel. Remueve bien hasta integrar todos los ingredientes.
Para aplicar este acondicionador, lava tu cabello previamente con tu champú habitual. Distribuye la pasta desde la mitad del cabello hasta las puntas. Deja actuar durante 20 minutos y enjuaga con abundante agua tibia. Este tratamiento te ayudará a recuperar el brillo y la hidratación perdida.
Acondicionador de yogurt y huevo
Otro de los ingredientes recurrentes en nuestras recetas naturales es el yogurt, ya que tiene propiedades hidratantes y revitalizantes. Al combinarlo con huevo, obtendremos un acondicionador perfecto para devolver el brillo y la suavidad a nuestra melena.
- Un yogurt natural
- Un huevo
Preparación: Mezcla ambos ingredientes hasta conseguir una textura suave y homogénea. Aplica sobre el cabello recién lavado y húmedo, eliminando previamente el exceso de agua con una toalla. Deja actuar durante 15 minutos y enjuaga con agua tibia. Este acondicionador es ideal para todo tipo de cabellos, especialmente si buscas suavidad adicional.
Acondicionador con miel
La miel destaca como uno de los ingredientes más versátiles en la cosmetología natural. Este ingrediente es rico en vitaminas y antioxidantes, lo que lo convierte en un excelente aliado para aportar brillo y suavidad al cabello.
Ingredientes:
- 2 cucharadas de miel
- 4 cucharadas de agua
Preparación: Mezcla ambos ingredientes hasta obtener una solución diluida. Aplica sobre el cabello húmedo, asegurándote de que cubres toda la melena. Deja actuar durante 15 minutos y enjuaga con agua tibia. Este acondicionador es ideal para cabellos apagados y sin vida.
Acondicionador con aceite de lavanda
Además de su delicioso aroma, el aceite esencial de lavanda tiene propiedades relajantes y reparadoras. Al combinarlo con otros aceites naturales, obtendremos un acondicionador ideal para cabellos débiles y dañados.
- Una cucharada de aceite de lavanda
- 3 cucharadas de aceite de coco
- Una cucharada de aceite de romero
Preparación: Calienta ligeramente el aceite de coco al baño maría hasta que esté tibio. Incorpora los otros aceites y mezcla bien. Aplica sobre el cabello seco o húmedo, masajeando especialmente el cuero cabelludo y las puntas. Para potenciar sus efectos, envuelve el cabello en una toalla caliente y deja reposar durante 30 minutos. Lava con tu champú habitual.
Con estas recetas caseras, lograrás un cabello revitalizado, manejable y lleno de vida. Además, estos acondicionadores son amigables con el medio ambiente, ya que usamos ingredientes naturales que no generan desechos plásticos ni químicos. ¡Es momento de cuidar tu melena de forma natural y económica!