Nos gustaría presentarte a éste maravilloso mamífero que es el gato y hablarte sobre los beneficios de tenerlo como mascota. Este animal que ha formado parte de mitos y supersticiones a lo largo de toda la historia, que ha sido amado y odiado a partes iguales, y que creemos se merece todos nuestros respetos.
Para aquellos que ya sean los orgullosos dueños de estas mágicas criaturas, es probable que este artículo no sea más que un repaso por todos esos beneficios que ya conocemos. Pero quizás también ayude a entender mejor a nuestros felinos y que lleguemos a apreciarlos un poquito más si cabe.
Y para aquellos novatos en el mundo gatuno, ojalá sirva para desmitificar la mala fama de animal frío y egoísta que los gatos cargan a sus espaldas. Para acabar con esas odiosas comparaciones con los cánidos, puesto que, simplemente carecen de fundamento al comparar dos razas bien diferentes que no tiene que ser ni peor ni mejor la una que la otra.
Orígenes del gato como mascota
Aunque sus orígenes son inciertos, la domesticación del gato suele asociarse a los asirios y sobre todo a los egipcios. El antepasado del gato tal y como lo conocemos hoy en día es el gato salvaje africano y su domesticación se sitúa rondando el 4000 a. C.
En el Antiguo Egipto los gatos eran sagrados y se les veneraba como dioses. Tal es así, que tenían una diosa propia que les representaba, cuyo nombre era Bastet y la pena por matarlos era la muerte. Además, si un felino moría, se momificaba su cuerpo y su familia se afeitaba las cejas en señal de luto.
Este trato divino que recibían los felinos egipcios se debía principalmente a sus excelentes dotes como cazadores, ya que eran los encargados de mantener los graneros limpios de roedores. Algo sumamente importante para una civilización que dependía muchísimo de su agricultura para su supervivencia.
Beneficios psicológicos
La razón más común para tener una mascota es la compañía y las personas que no tienen un gato en sus vidas a menudo creen que son animales distantes y antisociales. Si alguna vez has sido receptora de un cabezazo cariñoso o has estado sentada hasta no sentir tus piernas porque una bolita peluda se había quedado dormida sobre tus rodillas, sabrás que nada más lejos de la realidad.
Se ha demostrado que un gato puede ayudar a superar una pérdida con mayor rapidez, mostrándose menos síntomas de dolor y ganas de llorar. Incluso hablarles para resolver nuestros sentimientos nos sirve como terapia, ya es más fácil hablar sin sentirse juzgado. Son animales con un gran poder antidepresivo en los momentos difíciles.
Además, ser dueño de un felino puede ayudar a combatir la ansiedad y reducir el estrés. El simple gesto de acariciar su lomo y escuchar su ronroneo tiene efectos relajantes muy beneficiosos. Debido a ésto, los gatos son conocidos por formar parte en terapias para personas autistas, ya que su calma les ayuda a enfocar su atención con mayor éxito.
Beneficios físicos
Cuando nuestro gato ronronea, produce vibraciones que oscilan entre los 40 y 120 Hz. Es sabido que esta frecuencia es medicamente terapéutica para una gran variedad de dolencias. Ayuda a regular la presión sanguínea, a prevenir ataques cardiovasculares y a curar las enfermedades de los huesos. También es beneficioso para las lesiones musculares y de ligamentos, las infecciones e inflamaciones.
Además, si tienes hijos, deberías saber que una temprana exposición ante estos animales puede disminuir la posibilidad de desarrollar alergias ya que estimula su inmunidad. Al igual que puede ayudar a prevenir enfermedades respiratorias como el asma.
La investigación de las propiedades curativas de los gatos es algo cada vez más en auge, los estudios más recientes han demostrado que ser dueño de un felino también mejora tu sistema inmunológico y ayuda además a reducir tu colesterol y tu nivel de triglicéridos.