Fibroadenomas o quistes mamarios

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El cáncer de mama es uno de los grandes temores que tienen las mujeres una vez alcanzado su desarrollo, el notarse un bulto en el pecho puede ser un momento bastante chocante y nos alarmamos enseguida. Una situación traumática que nos hace pensar y ponernos en lo peor.

En la mayoría de los casos, se trata de quistes mamarios o de fibroadenomas, Para saber si los tenemos, es muy importante llevar un cierto control sobre nuestra salud.  Hacerse exámenes mamarios tanto en el médico como una misma en casa.

Tener quistes en los senos no quiere decir que se trate de un cáncer de mama. Existen diferentes tipos de quistes y para hoy, vamos a reconocer los tipos y qué medidas tomar cuando nos autoexploremos y notemos un bulto.

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Mucha gente cree que si se tienen fribroadenomas en los pechos será más probable que esa persona padezca en un futuro cáncer de mama. Esto realmente no es así. Sin embargo, una vez localizado uno, es necesario llevar un control médico sin dudarlo para saber su composición exacta y para comprobar si con el paso del tiempo crece desmesuradamente o se deforma.

No existe relación directa entre quistes y cáncer de mama, aunque sí que tiene mayor probabilidad que esos quistes se transformen en tumores malignos en mujeres que no han tenido hijos, mujeres con periodos menstruales muy irregulares o los que tienen más probabilidades en padecerlo por herencia genética.

Tipos de quistes mamarios

Un quiste mamario es una composición líquida que se sitúa en el interior de la mama. Se trata de una bolsita definida de un tamaño pequeño, como norma general del tamaño de un garbanzo o más pequeño que lo que contiene en su interior es líquido. No se sabe el momento de su aparición, porque hay casos que se da en niñas o mujeres muy jóvenes. Siempre a partir de la edad del desarrollo, en torno a los 10 y 12 años.  Estos quistes suelen contener líquido pero también existen otros que son sólidos en su interior.

Por otro lado, encontramos los fibroadenomas. Éstos no suelen tener síntomas, son indoloros y se descubren al palparse. Bultos duros, que se mueven un poco y al tacto pueden ser lisos o con cierta rugosidad. Los fibroadenomas se deben a una proliferación excesiva de tejido mamario, se pueden confundir con los quistes descritos anteriormente, pero debemos entender que son totalmente diferentes.

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Son frecuentes en la pubertad o en mujeres adultas jóvenes, aunque destacan las mujeres en edad de tener la menopausia. Se asigna a las etapas de desarrollo y cambios hormonales bruscos.

El tratamiento que se recomienda es un control anual o cada seis meses de los quistes y fibroadenomas, No hay que obsesionarse ni pensar que es un enemigo que va a complicarnos nuestra salud, simplemente debemos entender qué son exactamente y tenerlos vigilados. En ocasiones, las mujeres deciden extirparlos mediante biopsia o cirugía en el caso de los fibroadenomas, o los quistes mamarios pueden aspirarse mediante punción.

Causas de los quistes y fibroadenomas

Existen algunas causas comunes en las mujeres que coinciden en la aparición de quistes, entre ellos encontramos:

  • Es frecuente que los lobulillos presentes en las mamas se bloqueen y provoquen la acumulación del líquido en su interior.
  • Puede deberse a un herencia familiar, aunque no es tan común.
  • Lo más común es por las alteraciones benignas del tejido de las glándulas mamarias que suelen aparecer durante la menopausia.
  • Provocado por desequilibrios hormonales.
  • Llevar una mala dieta puede alterar nuestra salud llegando a afectar a los senos, por ejemplo, si concentramos muchas xantinas en nuestro organismo, es decir, consumir mucho café, té, chocolate, mariscos o los diferentes refrescos. Así como no tomar suficientes frutas y verduras.
  • Padecer obesidad.
  • No está claro, aunque se comenta que el tomar anticonceptivos durante una larga temporada puede dar lugar a su aparición.

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Alimentos saludables y consejos para prevenir su aumento y aparición

Una vez que nos localizamos un fibroadenoma o un quiste mamario no debemos alarmarnos, tan sólo debemos recordar que lo tenemos y llevar un control riguroso pero no obsesivo. A pesar de ello, podemos ayudar a nuestro organismo a mantenerlo sano y protegido de nuevas formaciones de quistes. Para ello, os aconsejamos una serie de alimentos y remedios caseros para llevar a cabo.

  • Reducir el consumo de grasas e hidratos de carbono. El tejido mamario es sensible a los alimentos ricos en grasas saturadas y trans. Los hidratos de carbono tampoco son muy beneficiosos porque aumenta el nivel de estrógenos creando así más tejido mamario innecesario.
  • Para eliminar el nivel de estrógeno, recomendamos aumentar el consumo de fibra, verduras y hortalizas como el brócoli, las coles de bruselas, la col o los nabos.
  • Eliminar los productos lácteos. Si elegimos una dieta más baja en productos lácteos cuidar%