Cuando pensamos en una cama, nos imaginamos un mueble con el máximo confort y sensación de relax adecuado para finalizar un largo día de actividad o estrés acumulados. Que se convierta además en un lugar de ensueño depende en gran medida de la decoración elegida para el dormitorio, pero sobre todo de su propia funcionalidad y la posición que adquiere dentro de la estancia (nos referimos a la manera en qué respira, no a temas de feng shui).
Un dato curioso es que los espacios tipo loft o apartamentos han terminado por convertir la cama en la pieza clave sobre la que convergen el resto de los elementos. La «reina de la casa» impone no sólo la estética del mobiliario que la circunda o los tapizados de asientos y sofás con los que comparte ambientes; también condiciona los hábitos diarios, el trabajo de interiorismo y hasta los objetos decorativos. Analicemos algunos diseños que le aportan dicho poder:
Las camas modernas más espectaculares destacan precisamente por la no-ostentación, la esencialidad en diseños minimalistas marcados por pequeños detalles casi escultóricos, como este diseño creado por el italiano Odoardo Fioravanti: Una cabecera única inspirada en las alas de una mariposa, con forma de cinta plegada que surge como continuación del propio bastidor. Esa idea de dar sinuosidad a la cama queda reflejada también en las mesillas integradas al mueble, formando un todo orgánico que otorga dinamismo al dormitorio y contrasta con la verticalidad de armarios y vestidores.
Entre los modelos de líneas escuetas se rescatan las camas de estética futurista que marcaron época en los años 60 y 70, sólo que actualmente se les añade además un efecto flotante colgando el bastidor sobre la pared (bien reforzada) o aparentemente sustentado en un solo punto como si la cama estuviera continuamente en equilibrio. Está claro que todo juego de magia tiene su truco y estos muebles cuentan con patas retranqueadas o pletinas atornilladas al suelo por seguridad, pero quien se resiste a sentirse como en un cuento de «Las Mil y una noches»…
La cama con dosel también regresa en nuevas interpretaciones, como cubos erigidos a modo de templo para el sueño. Un ejemplo ideal es este modelo diseñado por el equipo sueco Claesson Koivisto Rune para Cinova, cuyo techo está elaborado en tejido de algodón, extraible y con posibilidad de cambiar de color según la estación. El bastidor y el cabecero son desmontables, de manera que la cama puede convertirse en una sencilla base tipo futón si nos apetece deshacernos del dosel por un tiempo o un inesperado cambio de casa nos obliga a optimizar el espacio.
Y aquí os mostramos una alternativa DIY para quienes siempre hayan soñado con dormir en una cama con dosel pero la tengan fuera de su alcance: Realizar el soporte a base de andamios de obra desechados, sin necesidad de soldar, simplemente encajando las piezas a la medida. El resultado es un dormitorio de espíritu retro-industrial que contrastado con unas cortinas de organza o unas sábanas de hilo recuperadas conseguirán aportar a la cama un halo romántico, misterioso y acogedor.
No podemos obviar las nuevas propuestas para dormitorios adolescentes, donde la idea principal consiste en hacer desaparecer la cama durante el día, bien transformándola en sofá multiusos integrado en muebles continuos que comparten espacio para escritorio, cajones y estanterías, o invirtiendo en un sistema de cama elevada como los que aparecen en la imagen superior, y así aprovechar todo el espacio disponible para montar una zona de relax donde disfrutar solo o con amigos, e incluso añadir un sofá-cama auxiliar para acoger invitados en momentos puntuales.
Ya no importan los metros cuadrados libres, la orientación o la decoración de la estancia, ¡la cama nos gobierna!.
Imágenes – Tear drops on roses, The lux home, Elas design, Home designing, Barasona diseño